El mundo no se detiene ni un solo instante. Los avances científicos nos abruman año tras año y nos llega a resultar imposible seguirles la pista. Lo hemos visto estos últimos meses, cuando se han desarrollado en tiempo récord vacunas para combatir la pandemia del covid-19. La tecnología médica es de los sectores más dinámicos y con investigaciones más esperanzadoras para el futuro y el bienestar de los seres humanos. Y un ejemplo de ellos son estas pastillas y medicamentos que viajan directamente al lugar en el que tienen hacer efecto.
Como una pastilla teledirigida, podríamos decir. De esta forma, los médicos e investigadores tendrán mucho mayor control sobre el efecto y la dinámica que sigue un fármaco una vez que es introducido en el organismo humano. Pero, muy especialmente, esta clase de medicamentos se centran en cómo actuar sobre un organo tan complejo como es el cerebro humano.
4Pastillas sin efectos secundarios
Dicha situación conlleva a que haya ocasiones en las que los pacientes deben abandonar su tratamiento. Los efectos secundarios son demasiado intensos y dañinos, y por tanto se renuncia a tratar de forma correcta la enfermedad neurodegenerativa que está atacando al cerebro. Si se utilizasen estas nanopartículas teledirigidas, los efectos secundarios se reducirían de forma significativa. Y es que el fármaco vendrían envuelto en una cápsula hecha con células de pez cebra. Ya otros estudios previos llamaban la atención sobre la utilidad de este animal para investigación y aplicaciones médicas
Parece ser que el pez en cuestión es muy parecido al ser humano a un nivel molecular, genético y celular. En consecuencia, sus células pueden servir para hacer comparaciones antes de probar el producto en seres humanos. “Estas especies ofrecen muchas ventajas”, explica el profesor Ramassamy. “Su barrera de protección al riego sanguíneo es muy similar al de los seres humanos y su piel transparente hace que sea posible que veamos las nanopartículas desde fuera”.