El mundo no se detiene ni un solo instante. Los avances científicos nos abruman año tras año y nos llega a resultar imposible seguirles la pista. Lo hemos visto estos últimos meses, cuando se han desarrollado en tiempo récord vacunas para combatir la pandemia del covid-19. La tecnología médica es de los sectores más dinámicos y con investigaciones más esperanzadoras para el futuro y el bienestar de los seres humanos. Y un ejemplo de ellos son estas pastillas y medicamentos que viajan directamente al lugar en el que tienen hacer efecto.
Como una pastilla teledirigida, podríamos decir. De esta forma, los médicos e investigadores tendrán mucho mayor control sobre el efecto y la dinámica que sigue un fármaco una vez que es introducido en el organismo humano. Pero, muy especialmente, esta clase de medicamentos se centran en cómo actuar sobre un organo tan complejo como es el cerebro humano.
3Saltar la barrera
“En el riego sanguíneo del cerebro existen ciertas barreras y filtros que dejan fuera a las sustancias tóxicas y dañinas para que no se expandan libremente por el cerebro. El problema es que esas mismas barreras también detienen y bloquean el acceso de fármacos y medicamentos”. Son palabras del psicofarmacólogo Charles Ramassamy. Con esta nueva tecnología será como si las nanopartículas engañen a los guardias de la frontera con un pasaporte falso para entrar en el cerebro.
Los autores del estudio dicen que los tratamientos farmacológicos normales exigen dosis muy altas de medicamento. No obstante, solamente un porcentaje muy bajo de la sustancia consigue llegar a su objetivo y, por tanto, hacer el efecto deseado. Buena parte del medicamento queda disuelto y disperso por la corriente sanguínea del paciente, lo que puede producir efectos secundarios.