El mundo no se detiene ni un solo instante. Los avances científicos nos abruman año tras año y nos llega a resultar imposible seguirles la pista. Lo hemos visto estos últimos meses, cuando se han desarrollado en tiempo récord vacunas para combatir la pandemia del covid-19. La tecnología médica es de los sectores más dinámicos y con investigaciones más esperanzadoras para el futuro y el bienestar de los seres humanos. Y un ejemplo de ellos son estas pastillas y medicamentos que viajan directamente al lugar en el que tienen hacer efecto.
Como una pastilla teledirigida, podríamos decir. De esta forma, los médicos e investigadores tendrán mucho mayor control sobre el efecto y la dinámica que sigue un fármaco una vez que es introducido en el organismo humano. Pero, muy especialmente, esta clase de medicamentos se centran en cómo actuar sobre un organo tan complejo como es el cerebro humano.
1Nanopartículas “teledirigidas”
Estudiar los síntomas y la evolución de enfermedades degenerativas como el Alzheimer o el Parkinson es relativamente fácil. No lo es tanto determinar las causas de la enfermedad ni conseguir la medicina adecuada para detener o frenar el daño causado. El cerebro humano está compuesto por infinitas redes neuronales, cada una con su información específica y con sus funciones determinadas. En ese laberinto es difícil acertar a conseguir algo concreto.
Por eso un grupo de investigadores en Canadá se ha puesto a trabajar con unas nanopartículas “teledirigidas”. Dichas partículas son capaces de superar todos los obstáculos que se ponen en su camino y que impiden que el cerebro se recupere de una forma adecuada. Esas nanopartículas, una vez llegadas a su destino, liberan en las neuronas seleccionadas los fármacos con una exactitud que los medicamentos normales no pueden alcanzar.