El titular del Juzgado Central de Instrucción número 6, Manuel García-Castellón, ha acordado imputar al que fuera director de Seguridad Corporativa de Repsol Rafael Araujo y al ex jefe de Seguridad de CaixaBank Miguel Ángel Fernández Rancaño –ambos comisarios ya jubilados– por los encargos que realizaron al comisario José Manuel Villarejo en el marco de la pieza 21 del caso ‘Tándem’.
En un auto del magistrado con fecha de 23 de noviembre, al que ha tenido acceso Europa Press, acuerda su declaración judicial en calidad de investigados, además de la Villarejo, la de su socio Rafael Redondo y la del ex subdirector de Seguridad de Repsol Rafael Girona Hernández. A los cinco les imputa delitos de cohecho y descubrimmiento y revelación de secretos.
Por otro lado, acuerda la declaración en calidad de testigos –con ofrecimiento de acciones– al expresidente de Sacyr Luis del Rivero (que ya estaba personado como perjudicado), al encargado de Seguridad Rodrigo Álvarez Vázquez y al antiguo director financiero de Repsol YPF Fernando Ramírez Mazaarredo.
‘PROYECTO WINE’
En esa pieza separada que versa sobre el denominado ‘Proyecto Wine’, que se abrió en diciembre de 2019, la Fiscalía Anticorrupción indaga en el trabajo ilícito que el comisario jubilado y en prisión provisional habría realizado a través de su empresa Cenyt para la energética y la caja catalana.
Se busca esclarecer si recurrieron al comisario en 2011 para evitar que mediante un acuerdo con Pemex, otro de los grandes accionistas de Repsol, Sacyr Vallehermoso se hiciese con el control del consejo de administración presidido por Antonio Brufau. De probarse, Villarejo habría investigado por encargo una vez más al expresidente de Sacyr, Luis Del Rivero, como hiciera para el BBVA –asunto que se investiga en otra pieza aparte–.
Como en otras piezas separadas de la causa, las diligencias se iniciaron gracias a la documentación y los audios que atesoraba el comisario en su vivienda, quien durante años estuvo registrando reuniones y conversaciones con terceros y a quien le fueron intervenidos 40 terabytes de información en su detención.
La Caixa entró en el accionariado de Repsol en la década de los noventa, llegando a convertirse en uno de sus principales accionistas con un 12 por ciento del capital, con presencia en el consejo de administración.
La entidad financiera promovió el nombramiento de uno de sus directivos, Antonio Brufau, como presidente de la petrolera, y jugó un papel relevante a la hora de garantizar la estabilidad de la compañía durante el intento de Pemex y de Luis del Rivero de promover cambios en su cúpula.
El cambio en la normativa de las cajas de ahorros llevó a que CaixaBank, controlada por la Fundación bancaria La Caixa, anunciara en septiembre de 2018 su intención de ir abandonando progresivamente el capital de la petrolera, cuando aún ostentaba el 9,36%.