La Compañía Nacional de Danza, por primera vez bajo la dirección de Joaquín de Luz desde que asumiera el cargo en 2019, se ha despedido este sábado 21 de noviembre del Teatro Real después de cuatro funciones con las que ha deleitado al público, puesto en pie entre ‘bravos’ y ‘vivas’ la última jornada con un programa en el que se aunaban tres coreografías que han ofrecido un lenguaje único y diferente repleto de grandes momentos a través de un denominador común: la danza.
Como afirmó el propio Luz en la rueda de prensa de presentación, el programa se componía de «tres piezas innegables»: ‘Apollo’, de George Balanchine; ‘Concerto DSCH’, de Alexei Ratmanski; y ‘White Darkness’, de Nacho Duato. Los dos primeros son trabajos inéditos en este escenario, que acompañaban al ya clásico de Duato.
El director y bailarín defendió que este programa era «una declaración de intenciones» para «mejorar» la calidad de la compañía y ya avanzó: «Quiero unir. Quiero que haya un grupo grande en la compañía que pueda ser tan versátil como es este programa».
Apollo’ fue estrenada por los Ballet Rusos de Diághilev en París en 1928 y fue la primera colaboración entre George Balanchine y el compositor ruso Igor Stravisnky, obteniendo un inmediato reconocimiento internacional. La sintonía entre ambos artistas desemboca en una obra de narración sencilla, casi leve, pero con una gran armonía entre forma y música, constituyendo el mejor exponente del lenguaje neoclásico.
La historia se centra en la figura de Apolo, el dios griego de la música y su encuentro con tres Musas a las que acompaña al Parnaso: Terpsícore, musa de la danza y el canto; Polimnia, musa del mimo; y Caliope, musa de la poesía. En la función de este pasado 20 de noviembre, Sergio Bernal fue el bailarín invitado que dio vida a Apolo.
Respecto a ‘Concerto DSCH’, fue estrenada por Alexei Ratmanski con el New York City Ballet y contó con Joaquín de Luz y Gonzalo García como bailarines principales por lo que su interpretación en el Teatro Real supone que ambos hayan vuelto a compartir escenario para transmitir la emoción, energía y drama del Concierto para piano número 2 de Shostakóvich a través del lenguaje de Ratmanski.
Esta obra aúna en un discurso continuo los contrastes de la partitura, de la exaltación a la serenidad, de la vitalidad a la melancolía, de las notas marciales al intimismo casi poético. En esta ocasión, Gonzalo García, bailarín principal invitado, también ha interpretado el rol de Apolo este sábado 21 pero en la función de las 21.00 horas.
Tras la luminosidad de estas dos obras, ha irrumpido ‘White Darkness’, última coreografía del programa, con la que Nacho Duato empuja a reflexionar sobre el mundo de las drogas, su oscuridad, las consecuencias individuales y sociales, la destrucción y la oscuridad a la que conducen.
La música de Karl Jenkins (Variaciones Adiemus, Cuarteto de cuerda número 2), la escenografía de Jaffar Chalabbi y la iluminación de Joop Caboort acentúan el carácter desgarrador de una historia con un final sin escapatoria por el que transita la bailarina. Consagrada casi desde su estreno, ‘White Darkness’ es, posiblemente, una de las mejores creaciones del coreógrafo español.
La Compañía Nacional de Música ha ofrecido cuatro funciones esta semana que han culminado este sábado con una sesión doble, a las 17.00 horas y a las 21.00 horas. En todas ellas ha participado la Orquesta Titular del teatro, bajo la dirección del maestro Manuel Coves y con la participación especial del pianista Luis Fernando Pérez en ‘Concerto DSCH’.
TRAYECTORIAS
La Compañía Nacional de Danza fue fundada en 1979 con el nombre de Ballet Clásico Nacional (Ballet Nacional Clásico) y tuvo como primer Director a Víctor Ullate. En febrero de 1983 se hizo cargo de la Dirección de los Ballets Nacionales Español y Clásico María de Ávila, quien puso especial énfasis en abrir las puertas a coreografías como las de George Balanchine y Antony Tudor. Además, María de Ávila encargó coreografías a Ray Barra, bailarín y coreógrafo norteamericano residente en España, ofreciéndole posteriormente el cargo de Director estable que desempeñó hasta diciembre de 1990.
En diciembre de 1987 fue nombrada como Directora Artística del Ballet, Maya Plisétskaya, extraordinaria bailarina rusa. En junio de 1990 Nacho Duato es nombrado Director Artístico de la Compañía Nacional de Danza, cargo que ejerció durante veinte años, hasta julio de 2010. Su incorporación supuso un cambio innovador en la historia de la formación incluyéndose en el repertorio de la compañía nuevas coreografías originales, junto con otras de contrastada calidad.
En agosto de 2010 Hervé Palito sucede a Duato como Director Artístico durante un año. En septiembre de 2011, José Carlos Martínez se incorpora como nuevo director de la Compañía Nacional de Danza, al frente de la cual permanece ocho años. El 28 de marzo de 2019 el INAEM, dependiente del Ministerio de Cultura y Deporte, anuncia el nombramiento de Joaquín De Luz como nuevo director artístico de la formación. A partir de septiembre de 2019 De Luz toma posesión de su nuevo cargo.
Joaquín de Luz (Madrid, 1976) comenzó su formación en danza clásica en la Compañía de Víctor Ullate, donde estuvo desde 1992 hasta 1995. Entre otros reconocimientos, en marzo de 1996 ganó la Medalla de Oro en la Competición Internacional de Ballet Nureyev de Budapest (Hungría), y un año más tarde ganó el Premio Rising Star que otorga la revista Seven Arts Magazine de Philadelphia.
En 2009 fue galardonado con el Premio de Cultura en la modalidad de danza, concedido por la Comunidad de Madrid; el Premio Benoise de la Danse por su interpretación de ‘Prodigal Son’ de Balanchine; y Premio Nacional de Danza 2016, en la modalidad de interpretación, entre otros reconocimientos.