Así te está haciendo más impulsivo tu teléfono móvil

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Cualquiera que tenga un smartphone, es decir, todo el mundo, ha experimentado esto en alguna ocasión. Esa compulsividad por utilizar el teléfono y consultar algo, o la angustia por no tenerlo a mano y estar “desconectados” de las cosas que pasan. Pasamos más de tres y más de cuatro horas diarias pegados a la pantalla de nuestro teléfono. Y van ya unos cuantos años desde que los smartphones llegaron a nuestra vida. No es extraño entonces que ese hábito tan recurrente,rozando con lo adictivo en ocasiones, haya modificado nuestro carácter y nuestra personalidad.

Al fin y al cabo, la mente y la conducta de los seres humanos es muy moldeable. Basta que cambien las circunstancias a nuestro alrededor para que, tarde o temprano, nuestros hábitos vayan modificándose poco a poco. En el caso de los smartphones, no ha sido tan poco a poco como pensamos. Ha sido cuestión de pocos años, y hemos visto nuestra vida, nuestra forma de relacionarnos absolutamente alterada. ¿Quién hubiese creído, hace diez o quince años, que íbamos a mirar el móvil unas ochenta o noventa veces al día? El poder de las tecnológicas para “engancharnos” al móvil y a sus aplicaciones es muy superior al que nos gustaría pensar.

 

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Autocontrol e imaginación

Según explica Schulz van Endert, hay al menos dos factores subyacentes que explican el comportamiento impulsivo a la hora de tomar decisiones. Uno de ellos es el autocontrol que tenga la persona, es decir, su habilidad de resistirse a las tentaciones inmediatas para centrarse en conseguir objetivos a largo plazo. El otro de los factores es la habilidad de imaginar las posibles consecuencias y repercusiones de nuestro comportamiento en nosotros mismos y en los demás. 

“Hemos descubierto que los participantes con un nivel más bajo de autocontrol tienden a utilizar su teléfono mucho más tiempo”, explica Schulz van Endert. Sin embargo, matiza, “el abuso del smartphone en estas personas no parece que esté relacionado o que afecte su capacidad para comprender y anticipar las consecuencias negativas que ello pueda conllevar”. En definitiva, lo que los móviles hacen con nuestra psicología es incentivar y hacer atractivas las recompensas inmediatas, como un like o ver un vídeo o un meme, que nos impiden centrarnos en objetivos más ambiciosos o a largo plazo.