En la cultura del trabajo en la que vivimos actualmente, y ya desde hace bastante tiempo, la depresión laboral provocada por el estrés que nos supone nuestro trabajo está cada vez más a la orden del día. Pocos son los que trabajan en algo que les llena y les gusta, la mayoría lo hacen en puestos de trabajo que necesitan únicamente para poder sobrevivir y no estar en el paro. Este motivo entre otros muchos como la tristeza, la falta de motivación o el desánimo pueden ser indicadores que nos están avisando de una depresión laboral en ciernes.
Se trata de uno de los trastornos del estado del ánimo más comunes en la actualidad. Las razones son principalmente que cada vez dedicamos muchas más horas a nuestro trabajo, la presión es mayor, las jornadas laborales son maratonianas y por ello, conciliar nuestra vida personal y laboral cada vez es más difícil.
Si a esto unimos el reconocimiento en el trabajo, donde está demostrado que obtenemos más reconocimiento negativo por una mala tarea que por cinco tareas bien hechas, 8 de cada 10 españoles ha declarado no sentirse reconocidos en su trabajo. Todos estos síntomas pueden llegar a provocar saturación y un colapso tanto físico como mental en el trabajador que derivará en una depresión laboral. Por ello, debemos estar atentos y saber cuáles son estos síntomas y cuándo estamos en peligro de sufrir esta depresión.
Veamos cuáles son algunos de estos síntomas:
5Buscar ayuda
Tan importante es saber identificar los síntomas de la depresión laboral como aceptarla y buscar ayuda. A veces, con la ayuda de nuestra empresa o nuestros mismos compañeros y familiares se puede superar este problema, pero lo más recomendable es ponerse en manos de un especialista que nos dicte los pasos y nos ayude a superarlo.
El tratamiento que se suele seguir con los especialistas es una terapia psicológica que consistirá principalmente es recuperar el ánimo, que es lo más importante. Tampoco debemos olvidar el papel de la empresa, con la que también deberíamos compartir este problema para tener su ayuda de la forma que sea posible, ya sea disminuyendo nuestra carga de trabajo o cambiándonos de puesto.