A causa de la pandemia, grabar nuevo contenido para la televisión está siendo una tarea casi imposible. Más que nada porque cada vez que hacen el intento, aparece la noticia de que un miembro del equipo ha sido contagiado, y el rodaje debe frenar en seco. Ya que los programas que se encuentran actualmente en la parrilla están emitiendo grabaciones preparadas para imprevistos, y algunos ya están incluso repitiendo, hay quienes piden el regreso de antiguos formatos, entre ellos, el mítico El gran juego de la oca.
Uno de esos programas que entretenían nuestras noches cuando éramos pequeños, y que dibujaba una sonrisa en nuestros rostros. Si no te suena este programa, o no recuerdas muy bien de qué iba la historia, a continuación, te refrescamos la memoria, porque no todo ha sido Sálvame siempre.
3Un increíble premio
Al inicio de El gran juego de la oca, cada concursante tenía 100.000 pesetas, lo que a día de hoy son 600 euros. Por cada casilla que avanzaban, iban ganando 10.000 pesetas más, pero como decíamos, si perdían en una prueba, se quedaban sin el dinero que habían apostado en ella. De los cuatro jugadores, el que llegara primero a la casilla final, la número 63, se llevaba todo el dinero que había acumulado en el tablero.
Pero este no era el único premio, hubo algunos programas en los que además, el ganador se iba con un viaje con todo pagado. En el caso de que el programa estuviera cerca de terminar, recurrían a la jugada de «la tirada rápida». Esta consistía en lanzar los dados y avanzar sin parar a hacer las pruebas, pues como cualquier programa, tenían un tiempo limitado para grabar.
Un cambio que hicieron en su segunda temporada, en caso de que se acabara el tiempo y aún no tuvieran al ganador, no necesitabas llegar a la casilla 63 para llevarte el premio. Después de haber hecho un turno de la tirada rápida, el ganador era el que se encontraba más cerca de la casilla final.