Las espinacas son una fuente de minerales casi sin parangón, y su junte con los garbanzos, ni hablar, uno de los platos sevillanos más nutritivos y sabrosos que hay. Podemos también potenciar su calidad de saludable reduciendo el aceite.
Además, la receta para preparar espinacas con garbanzos es una de las más fáciles que existen. ¡No se diga más! Hay que hacerla.
De Ál-Andalús a Sevilla
Si bien las espinacas con garbanzos es un plato típico y reglamentario en Sevilla, hay razones para creer que su origen nos viene de aquel pasado árabe que moldeó al otrora Ál-Andalús, o al menos la parte de los ingredientes.
Las espinacas se cree que se originaron en Persia, y los garbanzos en algún lugar del Mediterráneo que luego fue a parar a Persia, a la India y a otros sitios. Cuando los árabes llegaron a la península ibérica, trajeron todos estos ingredientes; pero todavía no estaban integrados de la gloriosa manera en la que han estado desde entonces.
Es el andalusí que combina las espinacas y los garbanzos. Dicen historiadores medievales que posiblemente por la tendencia que había de cocinar con un alto contenido de especias, principalmente porque el calor bestial que hay en la zona hace prácticamente imposible la conservación de la comida, especialmente de las carnes. La sal, como es bien sabido, es un buen conservante, así las especias, por lo que era regla general cocinar de esta manera.
También cabe destacar que la carne no era algo que todo el mundo pudiese consumir, por lo que la alternativa de los garbanzos era un buen paliativo para esto. Como fácil y barato ha quedado el sello de calidad de este platillo.
Beneficios de las espinacas
No por nada veíamos a Popeye comerse sus espinacas para salvar a Oliva de Brutus. Si bien no es como que nos crezcan unos músculos así al comernos una lata de espinacas, es verdad que a el consumo de esta, a la larga, nos trae los siguientes beneficios:
- Los minerales y vitaminas presentes en la espinaca: fibra, vitamina A, B1, B2, C, K, calcio, fósforo, hierro, ácido fólico y alfalipólico, magnesio, zinc y betacarotenos. ¡Son muchos para estar en una sencilla hoja!
- Es buena para la diabetes, pues el ácido alfalipólico hace que la sangre capte más insulina.
- Ayuda al tránsito intestinal.
- Es buena para adelgazar gracias a que sacia rápido con muy pocas hojas.
- Su alta cantidad de hierro beneficia a aquellos pacientes en estado de anemia.
- Consumir espinaca durante el embarazo es vital, pues todos sus componentes son de crucial importancia para la formación del bebé y para el mantenimiento de la madre.
- Previene los desarrollos cancerígenos gracias a la gran cantidad de betacarotenos que tiene.
Beneficios de los garbanzos
Pero no solo las espinacas son las saludables de este platillo, los garbanzos también aportan un gran valor nutricional.
Los garbanzos poseen vitamina K, hierro, fosfato, calcio, magnesio, manganeso, zinc y demás vitaminas que también hacen más resistente al sistema óseo, por lo que previene enfermedades como osteoporosis o artritis.
Además, como el garbanzo es rico en hierro, como las espinacas, es muy bueno para el tratamiento de la anemia y otras deficiencias que tienen su causa en la falta de hierro.
Estos dos ingredientes repotencian por sí mismos y combinan muchas propiedades de las carnes. Por algo se valoraba bastante este platillo para sustituir la mengua de carne, sea por recesión económica o por razones religiosas como la época de la Cuaresma.
ESPINACAS CON GARBANZOS SIN MUCHO ACEITE
La receta original suele tener una cantidad considerable de aceite en su preparación, para crear una suerte de pasta. Sin embargo, este efecto lo podemos lograr simplemente licuando o moliendo los ingredientes.
Así que no hace falta usar tanto aceite de esta manera.
Ingredientes
- 400gr de garbanzos ya tiernos
- 900gr de espinacas frescas
- Una rebanada de pan
- 2 dientes de ajo
- 10 gr de pimientón dulce de la vera
- 20ml de vinagre
- Aceite de oliva
- Sal
- Popurrí de especias: pimienta negra, cilantro y comino
PREPARACIÓN
- Lava los garbanzos. Luego de eso, hiérvelos durante 5 minutos. La idea es que estén un poquito blandos; pero no del todo pues se cocerán un poco más luego.
- Prepara una olla a fuego medio alto en donde vas a agregar el agua.
- Añadimos la sal y las espinacas. Vamos a dejar que se cocine durante 10-15 minutos.
- Pasado el tiempo, transporta las espinacas a un colador para escurrirlas. Conserva el agua pues la utilizaremos para preparar el majao.
- En una sartén caliente (puedes o no agregar un poco de aceite aquí, pero no es del todo necesario), añade las espinacas recién coladas.
- Agrega los garbanzos y remueve el preparado en la sartén.
Para preparar el majao:
- En una sartén al fuego echa aceite de oliva y deja la rebanada de pan ahí para que empiece a freír. Puedes freír otros después para remojarlos en la pasta, pero este primero será para preparar el majao.
- En un mortero muele los dientes de ajo muy bien.
- Agrega en el mortero la rebanada de pan frito y sigue machacando junto a los ajos.
- Añade el vinagre al preparado.
- Luego, vamos a licuar toda la preparación. Para no usar aceite y tener el componente húmedo, usaremos el agua que quedó de cocer las espinacas, una especie de caldo. Esto intensificará mucho más el sabor a espinaca.
- Después de licuado, echa el majao en una sartén. Añade el pimentón de la Vera aquí y agrega un poco de agua.
- Revuelve muy bien. Tapa la sartén y déjalo que cueza unos 5 minutos.
- Agrega las espinacas y el garbanzo y vuelve a tapar la mezcla.
- Ve moliendo las especias en caso de que tengas las semillas enteras, lo cual es mucho mejor.
- Cuando vuelvas a destapar, tal vez necesites agregar una pizca más de sal. Luego, agrega las especias. Deja cociendo las espinacas y el garbanzo con el majao durante 25 minutos.
¡Listo! Ya tenemos una tapa perfecta para resolver, muy nutritiva y deliciosa.