Establecer protocolos de seguridad y contar con suficientes recursos de protección ha disminuido considerablemente el estrés en quirófanos durante la segunda ola de Covid-19, según ha comentado el jefe de la Unidad de Innovación y Cirugía Mínimamente Invasiva del Servicio de Cirugía del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, Salvador Morales Conde.
El experto ha moderado el Simposio Ethicon ‘Seguridad en cirugía, presente y futuro’ durante el 33 Congreso Nacional de Cirugía (CNC 2020), organizado recientemente de forma virtual por la Asociación Española de Cirujanos (AEC). En el simposio también han participado los doctores Vicente Pla Martí (Valencia), Philippe Grange (Francia) y Amir Szold (Israel).
«Por ejemplo, antes no había PCR suficientes para identificar a pacientes asintomáticos. Ahora se hacen PCR 48 o 72 horas antes para detectarles y evitar que entren en quirófano porque, si entran, tienen más posibilidad de complicaciones y pueden contaminar la zona limpia libre de Covid-19 del hospital. Además, ahora los cirujanos tenemos recursos y sabemos cómo protegernos: llevamos mascarillas FPP2, evitamos estar en quirófano cuando están intubando al paciente. Conocemos el protocolo de seguridad. Todo esto hace que, independiente de la carga asociada a esta situación, el grado de estrés baje considerablemente», ha detallado.
Por otro lado, el cirujano ha destacado la importancia del protocolo ‘ERAS’, relacionado con la recuperación precoz del paciente, que establece una serie de medidas sistematizadas para conseguir que cualquier desviación se identifique adecuadamente, lo que al final consigue que se pueda dar antes de alta al paciente.
«La aplicación de este protocolo de seguridad tiene ahora mucho más valor porque prioriza aún más la seguridad y minimiza la estancia hospitalaria siempre que se pueda. Además, cuanta más confianza tenga el cirujano en los recursos que aportan la innovación y la tecnología para obtener los mejores resultados, más tranquilo estará a la hora de dar el alta al paciente», ha dicho.
A su juicio, hay tres factores sobre los que debe pivotar la cirugía del futuro: el primero es la estandarización, relacionada con el protocolo ‘ERAS’, que hace que todo fluya mejor; el segundo, la robótica, que va a cambiar la forma de operar por la seguridad que da el proceso; y el tercero, la cirugía guiada por la imagen. Todo ello, apostilla, bajo el paraguas del ‘big data’ y la inteligencia artificial, que favorecerá la toma de decisiones.
Asimismo, el presidente del Comité Organizador del CNC 2020 ha añadido que, cuando finalice la pandemia, los cirujanos serán diferentes de cómo eran hace un año, respecto a su comportamiento en quirófano.
«Añadiremos más mecanismos de seguridad: nos preocupará conocer la influencia de los gases inhalados durante la intervención en nuestro organismo, se usarán sistemas de filtración de aire, cambiarán los protocolos de intubación de los pacientes. Somos conscientes de que hay puntos de mejora para la seguridad en quirófano de todo el equipo de profesionales sanitarios y del paciente», ha argumentado.
Mayoría de mujeres
Como preámbulo del CNC 2020, también se ha celebrado la charla coloquio ‘Mujeres y Cirugía en el siglo XXI’, con la colaboración de Johnson & Johnson Institute. En este sentido, la jefa de Servicio de Cirugía General y Digestiva del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo y secretaria de la AEC, Raquel Sánchez Santos, ha destacado el aumento de mujeres en cirugía, por lo que cada vez es más frecuente que los materiales estén diseñados pensando en la ergonomía de las cirujanas.
«La compañía está comprometida con esta temática y adapta los dispositivos a la nueva realidad, haciendo instrumentos diseñados y adecuados para el tamaño de las manos de las cirujanas«, ha argumentado, por su parte, el director general de Johnson & Johnson Medical Devices en España, Rocco De Bernardis.
Por su parte, la jefa de Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Universitario Fundación Alcorcón (Madrid), Sagrario Martínez Cortijo, ha informado de que entre los residentes miembros de la AEC hay prácticamente el doble de mujeres que de hombres.
No obstante, ha señalado que en España hay 262 jefes de servicio varones y solo 42 mujeres. «Hay más residentes mujeres que hombres en los servicios de Cirugía General. La mujer está ampliamente integrada, ¿será cuestión de tiempo llegar a puestos de responsabilidad o hay algo más detrás?», ha planteado la cirujana general del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid y moderadora del coloquio, Cristina Rey Valcárcel.
El embarazo y la maternidad se han mencionado como las razones que, tradicionalmente, han interrumpido la proyección de las mujeres cirujanas. En concreto, a juicio del jefe del Servicio de Cirugía del Hospital Universitario de Lugo, José Conde Vales, antes era un problema de seguridad, pero ahora saben que su carrera no está en riesgo.
En este sentido, la cirujana general del Gregorio Marañón y moderadora de la charla, María Dolores Pérez Díaz, ha dicho que la equiparación de los permisos de paternidad y maternidad a 16 semanas hará que se iguale la proporción de hombres y mujeres en cargos de responsabilidad. «Es cuestión de tiempo que estos datos, hoy demoledores, vayan cambiando, de igual manera que está cambiando la sociedad», ha añadido el cirujano general del Hospital de Vigo, Roberto Carracedo Iglesias.
Además, la coordinadora de la Unidad Cirugía de Obesidad del Hospital del Mar de Barcelona y tutora de residentes, Anna Casajoana Badia, ha indicado que la seguridad de las mujeres va de la mano del cambio cultural, y ha apostado por modificar, si es necesario, el programa de residencia para que, si una mujer decide ser madre durante esta etapa, todos podamos tener las mismas oportunidades.