La Asociación Nacional Empresarial del Laboratorio de Análisis Clínico (ANLAC) ha avisado de los peligros que se derivan de la generalización de los de test de antígenos sin atender a sus verdaderas indicaciones para detectar el Covid-19, y ha destacado la necesidad de que su ejecución preserve las garantías de seguridad y fiabilidad.
«Los test de antígenos de diagnóstico rápido tienen una elevada fiabilidad para casos en los que existe una alta carga viral, tal y como los propios fabricantes y los organismos competentes en salud reconocen. Por el contrario, no resultan idóneos para casos asintomáticos o para detectar el virus en aquellos individuos que se encuentren en los primeros días de la infección o en los que hayan transcurrido más de cinco días desde el inicio de los síntomas», ha explicado la organización.
Por tanto, apostilla, un uso indiscriminado de este tipo de test para diagnosticar el estado de salud de amplios segmentos de la población «no resulta indicado. Además, ha señalado que la utilización de forma masiva de los test de antígenos de diagnóstico rápido, teniendo en cuenta sus características, puede inducir a «graves errores» en lo que se refiere a la percepción del estado de salud de la población.
Y es que, tal y como ha recordado, el hecho de que el test para una persona resulte negativo no implica, necesariamente, que esté libre del virus. «La conclusión que de este negativo debe obtenerse es que no muestra una carga viral elevada, sin que se pueda afirmar categóricamente que se encuentra libre de la infección», ha detallado.
En este sentido, ANLAC ha advertido de que afirmar que deben usarse de forma masiva para que, aquellos que den negativo, puedan reunirse con sus familias en las fechas navideñas sin riesgo de contagio supone, además de un «desconocimiento» de la naturaleza de estos test, una «temeridad de consecuencias impredecibles» desde el punto de vista de la salud pública.
Dicho esto, la organización ha insistido en que el test de antígenos de diagnóstico rápido, al igual que el resto de pruebas, debe realizarse con absolutas garantías de seguridad y fiabilidad, que se tienen que adaptar al tipo de test. Por ello, se debe garantizar que la aplicación de las medidas de seguridad sean «acordes» a las características de cada test y a los distintos riesgos que presenta el proceso de extracción de los diferentes tipos de muestra.
«Con ello se evita la posible propagación del virus, propiciando un tratamiento adecuado de las muestras que incremente la fiabilidad del resultado. En todo caso, las instalaciones en las que se efectúen tienen que contar con medios que impidan la difusión del virus y que permitan un idóneo tratamiento de residuos. Por último, los resultados deberían estar avalados por un profesional cualificado y habilitado para ello que se responsabilice del resultado y que cumpla con las obligaciones de información a las Administraciones Públicas actualmente vigentes», ha detallado.
Por todo ello, ANLAC ha pedido a pedir a las administraciones públicas competentes que lleven a cabo las actuaciones precisas para regular y controlar la utilización de los test rápidos de antígeno, garantizando su uso por profesionales cualificados para ello y para los supuestos en los que realmente han demostrado su eficacia.
De la misma manera, ha subrayado la necesidad de que las administraciones públicas velen para que las pruebas diagnósticas se realicen en los lugares y con las precauciones precisas para garantizar la seguridad del paciente y del facultativo y la fiabilidad de las pruebas.
«De lo contrario, como ya hemos tenido ocasión de manifestar públicamente, estaríamos ante una incorrecta utilización de estas pruebas que, a buen seguro, acarrearán unas nocivas consecuencias para la salud pública, repercutiendo negativamente en el control de la pandemia», ha zanjado.