Estar ansiosos no es inherentemente malo. La ansiedad es una reacción natural en nuestro cuerpo, que nos mantiene alertas, preparados para actuar en caso de peligro.
Pero empieza a ser un problema cuando surge ese sentimiento de ansiedad de la nada, sin que haya un problema real rondándonos. Es ahí donde nos planteamos la meta de superar la ansiedad.
Situaciones de ansiedad
En la vida podemos enfrentarnos a diversas situaciones que actúan como un disparador de la ansiedad. Es necesario conocer en cuáles hemos estado y cuál de ellas nos ha causado más ansiedad.
- Presentarse en público: La ansiedad está asociada con el pánico escénico, ese terror a hablar o a hacer cualquier cosa en público.
- Presión en el trabajo o en el colegio: los deberes y las responsabilidades nos pueden generar ansiedad, pues a veces pensamos que nos sobrepasan y que somos incapaces de solventar lo que nos corresponde hacer.
- Temor a decepcionar a alguien: a veces las personas tienen demasiadas expectativas sobre nosotros y tenemos miedo de no cumplirlas, que eso dé paso a la decepción y que además no nos quieran más.
Pueden haber muchas más, pero en todas debes identificar la raíz del problema para saber cómo proseguir.
Controlar la ansiedad
La ansiedad es una emoción como cualquier otra, que todos tenemos. Y así como no debemos dejar que nuestras emociones nos controlen a nosotros, tampoco lo puede hacer la ansiedad.
Esto es algo que tienes que mentalizarte siempre, para que al momento de tener ansiedad, en donde nuestros pensamientos se dispersan y no sabemos qué hacer, tener como estandarte la realidad de que la ansiedad sale de ti y tú la puedes manejar.
Esto lo puedes hacer con una ansiedad casual, que te lo provoca algo externo.
Sin embargo, a veces el cuerpo mismo se daña, y un desbalance hormonal puede causar un incremento desmedido de la ansiedad. Es ahí donde debemos consultar a un psiquiatra, para saber si nuestra constante ansiedad se debe a eso. En ese caso, tienes que dejar eso en manos de un profesional.
Pero si lo tuyo no es extremista, mas la consideras como un grave problema para que se dé buenamente tu cotidianidad, con un poco de compromiso y siguiendo estos consejos puedes mejorar ese aspecto de tu vida.
Relájate
Suena lógico, suena sencillo. Pero sabemos que a primera vista no lo es. Juntas todas tus fuerzas para estar tranquilo y ya desde ahí hay algo que anda mal, pues no debería ser una tarea titánica relajarnos.
¿!– /wp:paragraph –>
Pues aquí vuelve a surgir el principio de control: toma las riendas de tus miedos. Al principio se sentirá como obligación, pero luego podrás hacerlo naturalmente.
Así que oblígate a tomarte un respiro: literalmente respira. Siéntate e inhala 4 segundos. Mantén el aire durante 7 segundos y exhala durante 8. Haz esto varias veces, solo pensando en los números. Visualiza tu ansiedad como un cúmulo de hilos enredados que se van desanudando a medida que respiras. Piensa en los segundos que has respirado, cuenta, piensa en los números. Vuelve a pensar en los hilos. Cuando todos los hilos estén separados, ya la ansiedad habrá descendido un poco.
Distráete de la ansiedad
Mira alguna película que te guste, escucha tu música favorita. ¿Te gusta bailar? Pues busca esa canción que te hace vibrar y baila. Toma toda esa energía que tienes para huir y direcciónala a divertirte. Tal vez después de eso tengas la mente más clara y estés más relajado.
Puedes tener a la mano una pelota antiestrés en momentos que te generen ansiedad. Apriétala con todas tus fuerzas, siéntela en tu mano. Haz como si pudieras transferir toda tu ansiedad a esa pelota.
Todo se puede conversar
¿Te da miedo decepcionar a alguien muy importante para ti? Pues habla con esa persona. Si te quiere de verdad, entenderá tus sentimientos y juntos podrán solucionar aquellos problemas que te están causando tanta ansiedad.
Hablar con algún amigo o con algún familiar sobre todo lo que sientes puede ayudarte bastante. Saca todo, no te dejes ningún detalle. Puede que hablando en voz alta te des cuenta por qué tienes tanta ansiedad acumulada, y así podrás saber cómo proceder luego.
Si ya sabes qué es lo que te genera ansiedad, puedes trabajar para atacarlo. ¿Que tienes mucho trabajo o tienes muchas cosas por hacer? Pues ve poco a poco, te sorprendería saber lo mucho que puedes avanzar cuando te entregas de lleno a una tarea sin pensar en que tienes que hacer otras luego.
El presente es lo que tienes en tus manos, y es en este preciso momento en el que puedes resolver las cosas que puedes hacer.
Y si no lo puedes controlar tú, pues acéptalo. Si es imposible manejarlo, detente un momento, acepta la situación y continúa.
Cambia tus pensamientos
Quizás no te has dado cuenta, pero cuando estamos ansiosos no hacemos más que repetirnos mentalmente que algo saldrá mal, que te pasará algo terrible, que te sientes pésimo, etc.
Y realmente no está pasando ni pasará nada de eso.
Por eso, tienes que detectar los momentos en el que te encuentras en ese bucle y detenerte. Cambia radicalmente la seña: «todo va a salir bien», «no hay nada de qué preocuparse», «yo puedo con esto». Estas frases se conocen como mantras y pueden influenciar positivamente tu pensamiento si te apropias de ellas.
Ríndete
No suena muy alentador, ¿verdad? Pero esta es una rendición por la paz. Uno solo no puede luchar contra la ansiedad, o tratar de esconderla. Debes aceptarla. Pues esconder la ansiedad te causa todavía mucha más ansiedad, lo cual es un círculo vicioso del que se te hará muy difícil salir.
Así que ríndete, acepta que estás ansioso y afróntalo.