Este 2020, al que apenas le quedan unas semanas, nos hemos tenido que acostumbrar a formas de socialización que jamás habríamos imaginado. Por fuerza mayor, no nos quedó más remedio que hacer vida social con una pantalla de por medio. Videollamadas y aplicaciones de juegos a distancia quedarán en nuestra memoria como características de este año fatídico 2020. Y, por supuesto, como no podía ser de otra forma, este fenómeno social acarrea también sus problemas y su lado oscuro.
Ya bastante oscuro y problemático es de por sí no poder juntarnos y abrazar a los nuestros como para que haya todavía más implicaciones negativas de este fenómeno. Pero las hay, y de una naturaleza y un calado que jamás habríamos imaginado. Desde problemas de seguridad informática y el peligro de los hackers hasta un incremento de las operaciones de cirugía estética. ¿Acaso no te lo crees?
3Problemas de seguridad
Esta es solo la parte más sorprendente e inesperada de las repercusiones de las videollamadas en nuestra personalidad. Ya desde el comienzo de la pandemia estábamos siendo alertados de otras, estas de tipo informático. A principios de abril, cuando llevábamos pocas semanas de confinamiento, se supo, por ejemplo, que Google prohibió a sus empleados usar Zoom porque desconfiaban de la seguridad que brindaba la aplicación de videollamadas.
La propia compañía reconoció las deficiencias de su sistema de seguridad y admitió que no era capaz de preservar los datos personales de sus usuarios. Hay que ponerse en situación para entenderlo. Zoom era hasta poco antes una aplicación apenas utilizada más que para momentos puntuales. Y, casi de la noche a la mañana, pasó a ser descargada por millones de personas en todo el mundo. El sistema no estaba preparado para soportar ese uso masivo y tuvo que ir poco a poco arreglando las grietas y las fugas.