Las ciudades de Barcelona, Murcia y Vitoria han sido reconocidas entre las 33 ciudades europeas mencionadas en la Lista A de Ciudades publicadas por la organización CDP. Dicha clasificación premia sus esfuerzos por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y construir resiliencia a los impactos provocados por el cambio climático a pesar de la crisis sanitaria de la COVID-19.
Las 33 ciudades europeas que figuran en el estudio, según explica CDP, suponen alrededor del cinco por ciento de la población europea y muestra un gran progreso desde que se firmó el Acuerdo de París en 2015. La organización señala que solo tres ciudades europeas, un 9%, de la Lista A tenían un objetivo del cero neto en el 2015 comparado con las catorce del 2020, que suponen un 42%.
Asimismo, CDP ha observado como en 2015, el 60 por ciento de las Ciudades de la Lista A en Europa no tenían objetivos de reducción de emisiones, pero en la actualidad las 33 ciudades los tienen. A pesar de la situación originada por la COVID-19, el 39 por ciento de las ciudades europeas son nuevas en la Lista A. En Europa, las nuevas incorporaciones han sido Murcia, Porto, Zúrich, Helsinki, Florencia y Copenhague.
De entre todas las ciudades europeas que están en la Lista A de CDP, Dinamarca tiene el número más alto (6), seguido por Suecia (5), Finlandia (4), España y Portugal (cada una con 3). Otro de los aspectos innovadores que destaca CDP en la Lista 2020 son las ciudades que han adelantado en sus objetivos sobre la energía renovable con diez ciudades europeas trabajando para conseguir que su energía sea 100% renovable para el 2050 o antes. Algunas ciudades como Copenhague, Turku y Estocolmo, ya han alcanzado el 50 por ciento o más de sus objetivos.
Para tener una puntuación A, CDP detalla que una ciudad debe revelar públicamente sus datos y tener un inventario de emisiones de toda la ciudad, haber establecido un objetivo de reducción de emisiones, así como publicar un plan de acción climática y haber completado una evaluación sobre riesgos climáticos y vulnerabilidad. Por último, también deberá completar un plan de adaptación climática para demostrar cómo abordará los peligros climáticos ahora y en el futuro.