Hablar de Verano Azul nos retrotrae a una época donde el verano era más azul, la brisa más fresca, la vida una aventura inexplorada y llena de posibilidades. Y es que, hablar de Verano Azul es hablar de infancia y, a la vez, de una época que supuso un cambio para este país. Fue un momento en el que dejamos atrás un modo de vida y nos abrimos a otro diferente.
Antonio Mercero nos regaló una de las últimas series que nos mantuvo unidos a prácticamente todos los españoles. Cierto es que era más fácil entonces, cuando solo existían dos cadenas de televisión. Pero, por eso mismo hay que saber ver las cosas en su contexto histórico apreciando lo que era innovador entonces, aunque a los ojos de hoy haya a quien le pueda parecer ñoño y anticuado.
3Los personajes de verano Azul representaban diferentes ideas
Cada uno asumía la representación de un papel. Pancho, que pese a las reivindicaciones absurdas de muchos no es más que el diminutivo de Francisco, era el idealista del grupo aunque por las circunstancias de su vida lo tenía más difícil que los demás para conseguir las cosas. Javi, el rebelde y los dos estaban locos por Bea que era la chica guapa de la pandilla. Después estaban Quique, que por edad y por ideas era el que marcaba los puntos medios, y Desi, la rebelde que no quería ser como su madre. Y los pequeños, Tito y Piraña que con su modo de ver las cosas nos hacían reír a todos.
Y luego estaban dos adultos diferentes, a los que los niños, por eso mismo, tomaron como referentes. Julia, artista que sabía mirar la vida con una perspectiva y creatividad mucho más amplia que los padres, a pesar de estar traumatizada por la muerte en accidente de su marido y su hija. Y Chanquete, el viejo marinero, símbolo de una libertad que más o menos dormida de algún modo todos llevamos dentro.