Hablar de Verano Azul nos retrotrae a una época donde el verano era más azul, la brisa más fresca, la vida una aventura inexplorada y llena de posibilidades. Y es que, hablar de Verano Azul es hablar de infancia y, a la vez, de una época que supuso un cambio para este país. Fue un momento en el que dejamos atrás un modo de vida y nos abrimos a otro diferente.
Antonio Mercero nos regaló una de las últimas series que nos mantuvo unidos a prácticamente todos los españoles. Cierto es que era más fácil entonces, cuando solo existían dos cadenas de televisión. Pero, por eso mismo hay que saber ver las cosas en su contexto histórico apreciando lo que era innovador entonces, aunque a los ojos de hoy haya a quien le pueda parecer ñoño y anticuado.
2Los padres representaban el pasado y los hijos el futuro
Y es que Mercero supo retratar muy bien en la serie la diferencia que marcaban los padres, personajes si queremos secundarios, donde los hombres acudían a la playa muy pendientes del qué dirán y las mujeres aún tenían un papel sumiso con sus maridos. ¿Os imagináis ahora una serie donde los hombres, padres de familia normales, aparecieran fumando y bebiendo sin parar?
Y los hijos, que ya apuntaban las maneras del cambio que marcaría la nueva sociedad. Y es que los niños eran un reflejo de la inocencia y de la esperanza de un mundo nuevo.