Pocas cosas pueden estimular nuestra imaginación tanto como lo hacen los dinosaurios. Millones de años después de su extinción siguen ocupando los pensamientos y el trabajo de algunos de los científicos más punteros del mundo. Hace pocas semanas, un grupo de investigadores brasileños consiguieron por primera vez en la historia reconstruir la estructura del cerebro de un dinosaurio. Toda una hazaña de la ciencia y la paleontología.
Aunque sean un objeto de estudio científico, lo cierto es que los dinosaurios pertenecen en nuestra cabeza al mundo de lo mítico. Nos imaginamos cómo sería la Tierra cuando estaba poblada por estos organismos de metros y metros de alto. No podemos evitar acordarnos de las películas de Jurassic Park y de los muchos dibujos animados de dinosaurios que vimos de niños. Ahora, gracias a este nuevo descubrimiento, podemos empezar a saber qué era lo que se les pasaba por la cabeza a estos fastuosos animales.
3Cazar y ser cazado
Según han podido inferir los científicos, era un animal pequeño pero astuto. Su estatura sería muy similar a la del zorro, y su peso rondaría los 7 kilos. Sus dientes eran afilados y curvos, perfectos para cazar y para inmovilizar y matar a su víctima en pocos segundos de forma efectiva. Se cree que comería principalmente lagartos y mamíferos primitivos. También dinosaurios pequeños y algunos insectos.
Pero la cadena de la alimentación en el mundo salvaje es muy dura. El propio Buriolestes era cazador para unos y presa para otros. Los paleontólogos que han reconstruido su cerebro creen que este ejemplar fue cazado por un Gnathovorax, conocido como la máquina de matar. El tamaño de esta especie era varias veces superior al de nuestro Buriolestes, que fue una víctima fácil para el cazador.