La elevada incidencia del Covid en nuestro país ha motivado que Instituciones Penienciarias haya tomado una drástica medida para reducir los contagios entre los presos. Se han suspendido los permisos y las comunicaciones especiales – vis a vis y encuentros familiares – en las cárceles españolas, incluida, como no podía ser de otra manera, la de Brieva, donde cumple condena Iñaki Urdangarín.
Un duro golpe para el marido de la Infanta Cristina, que no podrá ver a su mujer ni a sus hijos hasta nueva orden, y que se une al mazazo que el cuñado del Rey Felipe VI sufrió cuando la Audiencia de Palma le denegó, nuevamente, el tercer grado que le daría un régimen de esperada semilibertad después de llevar dos años y medio en prisión.
Pese a que se especuló con que Instituciones Penitenciarias podría suspender, temporalmente, las salidas de la cárcel de presos que, como Urdangarín, realizan labores de voluntariado, por el momento el exjugador de balonmano continúa con su trabajo solidario y, un día más, hemos podido verle en el centro Don Orione, a donde acude tres días por semana para ayudar a personas con dificultades físicas a mejorar su calidad de vida.
Un respiro para el marido de la Infanta Cristina, que, alejado de su familia y sin visos de poder salir de prisión en los próximos meses – en mayo de 2021 cumplirá la mitad de su condena – tiene en su trabajo en Don Orione una de sus pocas ilusiones actualmente.