Suele decirse que el roce hace el cariño, y en pocos sitios se rozarán más las personas que en Gran Hermano. El programa de Telecinco, uno de los realities más veteranos y exitosos de nuestra parrilla, consiste precisamente en eso. En meter a mucha gente junta en una casa hasta que se harten los unos de los otros…o hasta que se enamoran. Las dos cosas pasan todas las temporadas, aunque es cierto que lo primero con mucha más frecuencia de lo segundo. Si no estaríamos hablando de First Dates, y esto es Gran Hermano: escándalo, gritos e insultos. La receta que garantiza el éxito.
Pero donde hay odio suele haber amor. La mayoría de las veces un amor puntual, que dura dos telediarios o, mejor dicho, dos galas y un par de debates. Pero existen también relaciones que se mantienen aún fuera de Guadalix y llegan al altar. Es raro, es extraordinario y totalmente atípico, pero ocurre. Pero, qué carajo, así es el amor siempre: raro, extraordinario y atípico.
5Susana Molina y Gonzalo Montoya
Esta pareja es bastante más reciente. Se conocieron durante la edición de Gran Hermano 14. Su relación fue difícil en los comienzos, con mucha insistencia, mucho cortejo, muchas subidas y bajadas…Susana no acababa de aclararse del todo, pues ella misma no sabía muy bien lo que quería ni quién le gustaba. Pero poco a poco fue surgiendo el cariño con Gonzalo y el amor se acabó abriendo paso.
Al terminar el programa tuvieron el valor suficiente para continuar con su romance, lejos de las cámaras. Y la cosa funcionó. Ambos dicen estar muy enamorados y con planes de futuro que les hacen mucha ilusión.