Suele decirse que el roce hace el cariño, y en pocos sitios se rozarán más las personas que en Gran Hermano. El programa de Telecinco, uno de los realities más veteranos y exitosos de nuestra parrilla, consiste precisamente en eso. En meter a mucha gente junta en una casa hasta que se harten los unos de los otros…o hasta que se enamoran. Las dos cosas pasan todas las temporadas, aunque es cierto que lo primero con mucha más frecuencia de lo segundo. Si no estaríamos hablando de First Dates, y esto es Gran Hermano: escándalo, gritos e insultos. La receta que garantiza el éxito.
Pero donde hay odio suele haber amor. La mayoría de las veces un amor puntual, que dura dos telediarios o, mejor dicho, dos galas y un par de debates. Pero existen también relaciones que se mantienen aún fuera de Guadalix y llegan al altar. Es raro, es extraordinario y totalmente atípico, pero ocurre. Pero, qué carajo, así es el amor siempre: raro, extraordinario y atípico.
2Fayna Bethencourt y Carlos Navarro
Él es más conocido como “El Yoyas”, y cualquiera que lo haya visto u oído sabe que es una persona difícil: chulo, un tanto agresivo, deslenguado…Todo un pieza el chaval. Pese a todo, y estando dentro de la casa, se ganó el corazón de su compañera Fayna. Sus comienzos fueron abruptos, por decirlo de forma suave, pues el carácter de ambos es bastante fuerte y estruendoso. Pero luego todo fue como la seda.
De hecho, “El Yoyas” fue expulsado del programa por agredir a Fany dentro de la propia casa. A ella le dio mucha pena su expulsión y, al terminar Gran Hermano, se reencontró con su querido. También ellos pasaron por el altar y han tenido hijos. Hace un par de años el amor se acabó y se divorciaron.