El Masters 1000 de París puso punto y final a una campaña en la que de los nueve torneos de este tipo, solo se llevaron a cabo tres. El coronavirus privó al mundo de varios de los mejores eventos de tenis en el mundo y solo en Cincinnati (que realmente se hizo en Nueva York), Roma y la capital francesa se llevaron a cabo estos torneos; que viéndolo el panorama en lo mas amplio es Novak Djokovic el que sale más reforzado, al ganar dos de los tres, pero sin duda en París se consiguieron varios resultados positivos.
Al ser el el último torneo Masters 1000 del año, de verdad estuvo plagado de buen tenis y grandes actuaciones. Aunque todas las miradas se centraron en Rafael Nadal, el español no pudo lograr la gesta de llevarse el título; sin embargo, no tuvo un actuación mala o para el olvido. Junto al balear sobresalieron varias figuras y el torneo en sí dejo algunas conclusiones importantes para evaluarlas de cara al futuro.
2Veteranos que aún no se rinden
Los jóvenes dieron el todo por el todo, pero no cabe duda que los veteranos dieron lo mejor que tenían y más cuando muy pocos los esperaban que volvieran a surgir en el tenis. Obviamente Nadal estuvo en primera plana desde el principio; no obstante, la calidad de algunos veteranos como Milos Raonic y Stan Wawrinka estuvo entre los focos principales del evento.
El canadiense tuvo una presentación estupenda que le permitió llegar a semifinales y allí lucho con todo hasta el punto de hacer sufrir a Danil Medvedev. Su actuación se asemejó a la que tuvo en el Masters 1000 de Cincinnati, en el que llegó a la final; por lo que puede que Raonic esté regresando poco a poco a ese nivel de Top 10 que siempre ha mostrado. También el suizo pudo manejarse muy bien en el Masters 1000 de París con buenos movimientos y un gran juego. Los veteranos se niegan a morir y con ellos queda más que claro.