El Ministerio de Sanidad ha detallado este lunes que en Andalucía se han realizado desde que comenzase el estado de alarma por el coronavirus (Covid-19) y hasta el jueves 5 de noviembre un total de 1.713.338 pruebas diagnósticas, lo que supone que la tasa de estos test por 1.000 habitantes se eleve a 202,84 y que se acerque al resto de regiones gracias a las pruebas rápidas de antígenos (PRAg) realizadas, pero sigue la última comunidad autónoma y solo mejor que Ceuta y Melilla, aunque supera por vez primera la tasa nacional de test rápidos de 55,42 por 1.000 habitantes al llegar a 58,13.
Según los datos recogidos por Europa Press del Ministerio de Sanidad, la media nacional de pruebas diagnósticas es de 318,96. Andalucía se encuentra la tercera por delante de Ceuta (121,95) y Melilla (188,32), y por detrás de Canarias (220,07).
En los siete días anteriores a este recuento, del jueves 30 de octubre al 5 de noviembre, la región ha realizado 96.805 pruebas PCR y 46.499 PRAg, un total de 143.304 test que supone subir un 9%.
Respecto a los test rápidos de anticuerpos, en Andalucía se han realizado hasta el 5 de noviembre 490.969, lo que supone una tasa de 58,13 por 1.000 habitantes, después de haber subido un 1% (3.626 test) en la última semana. Esto hace que la región supere la media nacional (55,42). Le superan Castilla y León, Melilla, Galicia, Ceuta, La Rioja, Asturias, Castilla-La Mancha, Navarra, Extremadura y País Vasco.
Además, se han realizado «otras pruebas de detección de anticuerpos», como las define Sanidad. En Andalucía han sido 1.048.632, lo que deja una tasa de 124,15 por 1.000 habitantes, la más alta de la nación, cuya media es de 37,39.
Los test PCR son conocidos como la prueba de reacción en cadena de la poliomerasa (PCR) y es la prueba considerada como más fiable y la prioritaria por las autoridades sanitarias en España, ya que tiene una fiabilidad superior al 90%.
Los test rápidos son pruebas que se realizan a través de una muestra de mucosa y puede identificar la proteína del virus. Tienen la ventaja de ser muy baratos y la posibilidad de que los sanitarios las realicen en los domicilios de los sospechosos de padecer la enfermedad. El inconveniente es que no tienen una gran fiabilidad, por ello se realizan como pruebas complemento a las PCR.