La Vía Láctea es el nombre que recibe la galaxia en la que está ubicado nuestro sistema solar, y es además el hogar de lo que se calcula unas 20.000 a 40.000 estrellas. Esta posee forma de espiral y se estima que mide unos 200.000 años luz de diámetro.
El nombre de Vía Láctea viene del latín “camino de leche”, que es en cierta forma el aspecto que posee la opaca franja de luz blanca que atraviesa el cielo, visible algunas veces en las noches oscuras, solo si el clima también lo permite. Fue Demócrito de Abdera, un astrónomo griego, que propuso la posibilidad de que aquel haz blanco que surcaba el firmamento fuese en realidad un cúmulo de miles de estrellas, las cuales eran demasiado tenues de manera individual como para ser avistadas a simple vista.
Pero no fue sino hasta 1609 cuando la idea de Demócrito cuando el astrónomo italiano, Galileo Galilei, ideó el su famoso telescopio y constató que el griego tuvo razón todo el tiempo.
¿Cómo se formó?
Al igual que todas las galaxias de nuestro vasto universo, la Vía Láctea comenzó a formarse poco tiempo de la gran explosión o el Big Bang. Estudios afirman que se creó por la acumulación de regiones de sobredensidad después de la creación del universo, siendo algunas de estas regiones semillas de los cúmulos globulares, en los que aún se encuentran las estrellas más antiguas que dieron origen a nuestra galaxia. Actualmente son estos cúmulos y estrellas los que conforman el halo estelar de la Vía Láctea.
Fue luego de uno cuantos miles de millones de años más tarde de las primeras estrellas, cuando la masa de la galaxia fue lo suficientemente grande como para que esta empezase a dar vueltas con relativa rapidez, tomando así la forma de espiral. Desde entonces, otras estrellas comenzaron a formarse en su interior, creciendo también gracias a las fusiones galácticas.
Estructura galáctica
Como cualquier formación de este universo, las galaxias poseen una estructura bastante sencilla como lo es la espiral, pero eso es solo el aspecto superficial de estas, ocultando en su interior las diferentes partes que la conforman: Halo, disco y bulbo.
- Halo: como lo indica su nombre, este segmento posee una estructura esferoidal que envuelve a la galaxia. En el halo es una zona con poca concentración de estrellas y las nubes de gas y polvo, es por ello que no posee grandes regiones de formaciones estelares y es aquí donde se encuentra la mayoría de los cúmulos globulares, siendo este segmento estudiado para calcular la edad de nuestra Vía Láctea ya que es también la sección más antigua de esta. El halo es además donde mayor presencia e materia oscura se halla.
- Disco: es en esta parte donde se consiguen las estrellas más jóvenes, además de que también es la zona con más gas y en el que aún se dan procesos de formación estelar, dando lugar a estrellas nuevas. Lo que más caracteriza este lugar son los brazos-espirales: Escudo-Centaur y Perseo, que son los principales, mientras que Sagitario y Escuadra que son los secundarios. Pero no fue hasta hace unos años que los astrónomos descubrieron un quinto brazo, aunque aún no se han confirmado del todo.
- Bulbo: también conocido como el núcleo galáctico y como su nombre lo dice, se sitúa en el centro y según algunas teorías, es el hogar de un gigantesco agujero negro. Esta área de la galaxia cuenta con la mayor densidad de estrellas. El bulbo posee una forma de esfera achatada que gira lentamente.
Su edad cósmica
Gracias a los cúmulos globulares, que como se mencionó anteriormente son los objetos más antiguos de la Vía Láctea, es que actualmente podemos estimar la edad de nuestra galaxia. Estudiando las edades de estrellas individuales dentro de estos y midiendo la abundancia de elementos de larga vida como torio-232 y el uranio-238 (ambos radioactivos), y comparando los resultados con estimaciones de su abundancia en un principio, resultando en valores de aproximadamente unos 12.500 millones de años y 13.000 millones de años.
A pesar de estos resultados, durante el 2018, un grupo de astrónomos descubrieron lo que se cree es una de las estrellas más antiguas del universo con 13.500 millones de años.
Galaxias vecinas
Nuestra Vía Láctea no está sola flotando en el universo, por el contrario, estamos más acompañados de lo que pensamos. Las conocidas galaxias satélites nos acompañan, una de ellas son las Nubes de Magallanes y las otras son las galaxias elípticas enanas, de poco tamaño. Incluso algunas están tan cerca que se han visto absorbidas por la nuestra, como lo es con la galaxia Enana Elíptica de Sagitario.
Mitos sobre la Vía Láctea
Como en todas las culturas y épocas de la humanidad, los cuerpos celestes y fenómenos cósmicos han dado origen a incontables mitos y leyendas a lo largo de nuestra historia. Nuestra Vía Láctea no es la excepción a esto, ya que para los vikingos esta era el camino que los guiaba hasta el Valhala al morir. Para los celtas era el camino hacia el castillo de Titania, la reina de las hadas. En cuanto a los chinos y los japoneses era un río de plata celestial. Y para los mesoamericanos era Mixcoatl, el dios serpiente de nube.
Es increíble lo complejo y enorme que es nuestra galaxia, ¿qué otros misterios ocultará?