La ciencia y la medicina avanzan, aunque con frecuencia a un ritmo más lento del que nos gustaría. Sobre todo en lo que se refiere a determinadas enfermedades que son especialmente duras, tanto para la persona que la sufre como para sus seres queridos. Ese es el caso de la enfermedad del Alzheimer, una enfermedad sin cura de momento y de la que se desconoce incluso sus causas y motivos.
Se trata de una enfermedad en la que, más allá de la pérdida de memoria, la persona se va deteriorando poco a poco. Es normal que se pierda, se desoriente, no tengo el control de su cuerpo y de sus esfínteres y se vuelva totalmente dependiente de otras personas. Un calvario para los familiares que deben cuidar de ellas. No obstante, recientes desarrollos científicos permiten tener algo de esperanza en una cura no muy lejana.
5Acción en el hipocampo
Los resultados de la investigación han aparecido publicados en la revista Theranostics. Lo que se ha observado en los ratones es que dicha sustancia tiene un impacto importante en el hipocampo, que es la región del cerebro en la que se forma y deposita la memoria. Esta es, además, una de las áreas cerebrales que primero se ve afectada por el Alzheimer.
“Es particularmente prometedor que hayamos visto un efecto muy claro en el hipocampo. Nuestra esperanza es que este método será capaz de actuar en una zona determinada y sin efectos secundarios”, cuenta la investigadora Greta Hultqvist. Pero, una vez más, piden prudencia y paciencia. Aún es necesario probar el tratamiento en seres humanos.