Los problemas en el FC Barcelona no parecen tener fin. Las irregularidades en el campo y la crisis institucional del club son los puntos más altos, pero en el horizonte aparece un tema que dentro del equipo todos saben y nadie quiere hacerse cargo: la posible salida de Lionel Messi. El crack del Barça se quedó a regañadientes, tras la negativa de Bartomeu de ser el presidente que destruyó el club en muchos niveles y además el que protagonizara la salida del argentino; sin embargo, el capitán blaugrana sigue sin renovar y todo apunta a que su salida podría darse incluso antes de lo esperado. La cosa es que a Ronald Koeman eso no le molestaría mucho, más bien sería un alivio.
El entrenador blaugrana vería con buenos ojos que el club aceptara la posible oferta que hará el Manchester City, el club que más cerca estuvo de llevárselo en verano, para así poder hacer frente a varios fichajes que tiene en mente y que por falta de dinero no puede llevar a cabo. El neerlandés llegó para tomar decisiones drásticas y ese sentido podría darle fin de una vez por todas a ese tridente que le dio el segundo triplete al Barcelona, la MSN. Koeman ya salió de Luis Suárez y ahora podría llegarle el turno a un Messi que ya tendría todo listo para irse a Manchester.
3Falta de motivación podría ser la clave
Aunque el conjunto entrenado por Guardiola pudiera esperar hasta el próximo verano y llevárselo gratis, el momento irregular en el que están los llevaría a adelantar la operación y está podría llegarle de buen grado a un Messi que aceptaría salir desde ya y todo por la falta de motivación que tendría de estar en el Barcelona. El equipo muestra un aire decadente y a pesar de que va bien en Champions, en Liga está muy mal; además, las sensaciones de juego no son buenas y el argentino sigue viendo un equipo desnortado y sin objetivos claros.
Junto a esa falta de motivación de Messi, que se traduce en un juego plano, sin chispa y falto de creatividad; también está el hecho de que muchos hablan de un declive en el capitán blaugrana que ya se nota en sus números. Sin asistencias y con cuatro goles de penal, todos extrañan a ese crack que podía hacer de magia en el campo y que ahora no aparece ni por asomo. Con 33 años parece que le queda mucho fútbol en sus pies, por lo que las opiniones se centran más en la falta de ánimos que tiene de seguir representando al Barça. Ya en enero se verá, pero el City podría ser esa tabla de salvación tanto para el argentino como para Koeman, que pronto podrían separar sus caminos.