El Museo del Prado prevé en 2020 una reducción de los ingresos propios del 65% respecto a las previsiones establecidas al inicio del ejercicio, como consecuencia del cierre temporal de casi tres meses y las restricciones de aforo posteriores debido a la pandemia de coronavirus.
Fuentes de la pinacoteca han explicado que la previsión de esos ingresos propios para 2020 oscilaba en torno a los 29 millones de euros, por lo que esa reducción situaría en 10,1 millones de euros la cifra final recaudada a lo largo de este ejercicio marcado por el coronavirus.
Estas mismas fuentes han afirmado que esta caída de ingresos se va a equilibrar con el remanente de tesorería conseguido en los últimos años, «que es prueba de la excelente gestión económica de la institución».
En cualquier caso, el museo, que afirma que la crisis está afectando «de manera drástica» a su actividad en el año 2020, ha descartado «una reestructuración» en su plantilla laboral, «a pesar de que se haya visto afectada por la magnitud y gravedad» de los efectos a nivel sanitario de la pandemia, tal y como recoge Europa Press de las cuentas anuales de la pinacoteca.
En 2019, algunos de los ingresos propios del museo registrados en su balance contable son los de entradas (22,6 millones de euros en este concepto) o patrocinios (5,3 millones de euros), además de 1,1 millones de euros por cesión de espacios. No obstante, estas cifras corresponden a uno de los años de celebración del Bicentenario, por lo que en 2020 las previsiones previsiblemente estarían por debajo.
Pese a que las cuentas reflejan el ejercicio 2019, el Prado dedica un apartado a las consecuencias de la pandemia durante este año. Así, ha alertado de que para poder hacer frente a las necesidades económicas derivadas del mantenimiento de su actividad estructural, está «sufriendo la merma» del remanente de tesorería en el ejercicio 2020.
Este remanente, generado gracias a la tendencia creciente del nivel de autofinanciación del museo desde el ejercicio 2005, alcanzaba los 27,4 millones de euros en 2019. En cualquier caso, el museo apunta a que «esta situación se ha visto agravada» debido a una transferencia al Tesoro Público de 4,3 millones de euros en los primeros meses de la pandemia, financiada también mediante el remanente de tesorería.
DETERIORO DE ACTIVOS
En cuanto a los procedimientos de contratación de los servicios esenciales del museo en 2020, ha explicado que «han tenido una afectación limitada» ya que ha sido posible prorrogar aquellos contratos que finalizaban durante la vigencia del Estado de Alarma, o bien se ha considerado que los plazos no debían interrumpirse.
De aquellos contratos que sí se han visto afectados en su tramitación, el museo ha destacado por su afectación contratos vinculados a la organización de exposiciones temporales que han debido cancelarse y el contrato de servicios de audioguías y otros dispositivos móviles de apoyo a las visitas, renunciando a su adjudicación.
«El resto de procedimientos de contratación, si bien se ha producido retraso en su tramitación, no han tenido más incidencia», ha explicado la pinacoteca. En lo referente a la ejecución de los contratos, para evitar la suspensión de los contratos, «que conllevaría un perjuicio para el Museo y para las empresas contratistas, especialmente para sus trabajadores», se ha procurado «adaptar» el modo de ejecución.
Además, como consecuencia del impacto económico derivado de la crisis, el Prado ha señalado la posibilidad de «deterioro de los valores de los activos», así como de la cartera valores procedentes de la herencia de Carmen Sánchez –quien en 2017 dejó a su muerte una casa en Toledo y 800.000 euros para la adquisición y restauración de cuadros, específicamente–.