El Museo de Bellas Artes de Bilbao inaugurará este jueves la mayor exposición dedicada hasta ahora en Europa al diseñador gráfico alemán Otl Aicher, autor de la imagen corporativa del Metro de Bilbao y uno de los pioneros del diseño del siglo XX.
La muestra, abierta hasta el 28 de febrero, incluye más de 200 obras y objetos procedentes del Archivo de la Escuela Superior de Diseño de Ulm (Alemania), entre los que destacan 80 dibujos inéditos de su proyecto para el metropolitano bilbaíno, que este 11 de noviembre celebra su 25 aniversario.
La presentación oficial de la exposición ha tenido lugar este miércoles en la pinacoteca bilbaína en una comparecencia que ha contado con la presencia del director del museo, Miguel Zugaza; el portavoz y consejero de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco y presidente de la Fundación Museo de Bellas Artes de Bilbao, Bingen Zupiria; el diputado general y presidente de Metro Bilbao, Unai Rementeria; el director de Metro Bilbao, Eneko Arruabarrena; y el comisario de la exposición e investigador y profesor del área de Teoría del Arte y de la Arquitectura de la Universitat Rovira i Virgili (Tarragona), Gillermo Zuaznabar.
La muestra se encuadra en el contexto de los 25 años del inicio de la actividad de Metro Bilbao, miembro de su patronato desde 2001, y la propuesta también permite contemplar al visitante una docena de dibujos y fotografías procedentes del archivo de la Norman Foster Foundation, producción surgida de los encuentros entre Foster y Aicher durante la gestación del proyecto para la capital vizcaína.
Se trata también de la primera vez que el museo presenta una exposición monográfica sobre diseño, ya que, tal y como ha indicado Zugaza, el metro de Bilbao «es uno de los proyectos fundamentales de la trayectoria de Aicher, que el museo quiere ahora reivindicar como ejemplo paradigmático de diseño capaz de cambiar la ciudad, en este caso, desde el subsuelo, y la manera de percibirla de sus habitantes».
Otl Aicher (Ulm, 1922-Gunzburgo,1991) está considerado el diseñador europeo más influyente de la segunda mitad del siglo XX. Junto a Inge Scholl y Max Bill, fundó en 1951 en su ciudada natal la Escuela de Ulm que, a partir de 1954, dirigió junto con Tomás Maldonado y Hans Gugelot y que consagró su actividad a la función de insertar el diseño como factor fundamental en el mundo industrial.
De esta forma, en Ulm se constituyeron a partir de 1958 los Entwicklungsgruppe (grupos de desarrollo), que elaboraron proyectos de diseño para empresas como Lufthansa, Metro de Hamburgo o la compañía Braun.
Aicher es heredero de la tradición del diseño gráfico centroeuropeo, que emplea retículas para estructurar el espacio, sistema que aplicó con libertad subvirtiendo el orden geométrico cuando la composición lo precisaba para generar un diseño estructurado, pero visualmente activo.
La combinación entre rigor y libertad, junto a un desarrollo intelectual alentado por el tejido de relaciones que desde la escuela de Ulm estableció con intelectuales como Josef Albers o Alexander Kluge, le convierten en un diseñador excepcional y en un impulsor de la identidad corporativa para empresas y marcas a partir del desarrollo de pictogramas.
IMAGEN DEL METRO
A partir de la década de los ochenta, Aicher inició su colaboración con el arquitecto Norman Foster, con publicaciones sobre su obra. Fruto de esta relación, hacia finales de la década, el británico le encomendó la imagen corporativa para Metro Bilbao.
El proyecto «nacerá» de la mano de la arquitectura, y tanto la ciudad como las investigaciones sobre la cultura y el paisaje de Euskadi en los que se basó son los elementos que definieron su sistema de comunicación.
El diseño de Aicher para el metro bilbaíno está considerado como una de las obras centrales de su trayectoria, junto a las desarrolladas para la firma de cocinas Bulthaup o los Juegos de Múnich ’72, donde el trabajo de Aicher marcó un antes y un después en la evolución del diseño de la señalización de grandes instalaciones y servicios.
En ese sentido para las olimpiadas de Munich, Aicher diseñó un conjunto de pictogramas para que atletas y visitantes pudieran encontrar su camino dentro de la villa olímpica y que han quedado como hitos de la señalización esquemática, con carteles, folletos, o tickets ilustrativos. Además, ideó la que está considerada la primera mascota olímpica, un perro salchicha de nombre Waldi.
Por ese motivo, junto a las piezas dedicadas al proyecto del suburbano de Bilbao, la muestra incluyen asimismo otros trabajos célebres de Aicher, como sus imágenes corporativas ideadas para Braun, las citadas Olimpiadas de Múnich ’72, Bulthaup o Isny Allgäu, además de materiales inéditos de sus proyectos de arquitectura para Rotis, un antiguo complejo agrícola que convirtió en lugar de residencia y trabajo.
La exposición ha sido comisariada por Gillermo Zuaznabar, investigador y profesor del área de Teoría del Arte y de la Arquitectura de la Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) y cuenta con el patrocinio de Metro Bilbao.
TÚNELES Y RUEDAS
Precisamente, para la marca diseñada para el suburbano bilbaino por Otl Aicher, desarrollada por Michael Weiss y Hans Brucklacher, fue creada de forma conjunta y de acuerdo con la filosofía de la arquitectura de Norman Foster, y se compone del símbolo y el logotipo. El símbolo es una figura abstracta que se ha desarrollado a partir de los túneles y de las ruedas en movimiento.
Está compuesto por tres aros de diferente grosor que se desplazan unos dentro de los otros. Su grosor creciente en el sentido de lectura (de izquierda a derecha) crea una sensación de movimiento que expresa a la perfección el carácter dinámico de este medio de transporte.
Para Aicher «si la arquitectura ordena los espacios y los lugares de movimiento, la tipografía es una especie de arquitectura bidimensional que ordena las superficies, los textos, las imágenes y los movimientos de lectura», tal y como se ha recordado durante la inauguración de su exposición.
Norman Foster ganó en marzo de 1988 el concurso para construir el metro de la capital vizcaína. Aunque en los paneles de la propuesta ya aparece la señal del metro, una vez adjudicado el concurso, Otl Aicher elaboró en otoño del mismo año un ‘estudio complementario’ para definir su diseño, compuesto de unas doscientas láminas que analizan gráficamente la historia, la heráldica, la cultura y las formas del área metropolitana de Bilbao, así como diferentes reflexiones manuscritas. Para la exposición de este trabajo inédito, se han seleccionado 59 láminas ordenadas en cuatro grupos.
Además de su excepcional calidad gráfica, el estudio es un buen ejemplo del método de trabajo del diseñador, quien, para definir una señalética y un sistema de información para el metro, realizó «una diagnosis transmisible de la economía, la sociedad y la cultura de la ciudad en la cual su trabajo actuará. Este proceso lo elabora sobre «la clara conciencia de las repercusiones económicas, sociales y culturales que tendrá el diseño final».