El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha afirmado este miércoles que las restricciones por el coronavirus se empezarán a levantar cuando los datos de la evolución de la pandemia lo indiquen, pero ha avisado de que la desescalada se hará «de forma muy progresiva».
En su comparecencia ante el pleno del Parlament sobre la gestión de la segunda ola del Covid-19, ha defendido que la flexibilización de las medidas sea progresiva porque la experiencia de la primera ola muestra que «las desescaladas rápidas no dan un resultado óptimo, pueden dar un espejismo a corto plazo pero no dan fortaleza a medio y largo plazo», algo que ve necesario hasta que haya vacuna.
Aragonès ha apuntado que la flexibilización de las restricciones podrá comenzar cuando se cumplan tres objetivos: bajar la ratio de transmisión inferior a 1 -este mismo miércoles ha sido el primer día en que se logra esta cifra en la segunda ola-; tener menos de 1.000 casos positivos diarios, porque son los que son «gestionables» por el sistema sanitario; y que haya un máximo de 300 camas de UCI ocupadas por enfermos de coronavirus.
«Si conseguimos estos indicadores de estabilidad nos permitirá afrontar la recuperación de la vida social y económica en tantos ámbitos de la vida social y colectiva», ha dicho.
Ha reivindicado que las medidas aplicadas por el Govern están funcionando y que se está iniciando un incipiente cambio de tendencia que insiste en que hay que consolidar: «Ahora necesitamos persistencia, paciencia y continuar con el compromiso para aliviar la presión sobre el sistema sanitario».
Así, confía en que en las próximas semanas se pueda empezar a estabilizar esta mejora de la situación de la pandemia, y por eso ha llamado a mantener el parón social: «Todos en casa, cerrados en casa y protejámonos en casa, excepto para ir al trabajo, a la escuela o para las obligaciones legales o comerciales que haga falta. Solo con la participación y colaboración de todos podremos salir de esta situación.
CRISIS ECONÓMICA Y SOCIAL
Aragonès ha dicho que «la crisis económica y social es cada vez más dura», ha reiterado el compromiso de invertir los recursos necesarios para afrontarlo y ha añadido que en el último mes han muerto en Cataluña 800 personas por coronavirus: «Esta cifra bajo ningún concepto la podemos normalizar. La tragedia no la podemos normalizar».
«Esto es lo único que no podremos recuperar. Por tanto, nos tenemos que centrar en preservar aquello que, si lo perdemos, no podremos recuperar. Por eso, la vida es lo primero que debemos salvar» para que después se pueda recuperar la actividad social, por lo que ha pedido a la ciudadanía perseverar en su compromiso con las medidas restrictivas.
También ha apostado por implementar un plan de acción emocional para acompañar a la ciudadanía, ya que considera que la salud mental es uno de los retos ante la pandemia, y se ha dirigido al Gobierno para exigirle que «haga su parte» y responda a las demandas económicas que hace la Generalitat para luchar contra la crisis.
Además, Aragonès destacado que el Govern se ha comprometido a rendir cuentas ante el Parlament sobre la gestión de la pandemia y ha dicho que deben corregir la «polifonía o la amplificación de especulaciones que solo ayudan a generar más incertidumbre», tras polémicas de los últimos días entre miembros del Ejecutivo catalán sobre algunas medidas.