El Real Madrid siempre se ha caracterizado por revolucionar los mercados de fichajes, sobre todo desde la llegada de Florentino Pérez a la presidencia, tanto en su primer como en su segundo mandato. Sin embargo, no todo ha sido color de rosas para el conjunto merengue en el apartado de los fichajes, porque siempre habrá espacio para los verdaderos fiascos. Entre los peores fichajes muchos cuentan a Kaká, Gravensen y últimamente, también han aparecido en ese listado nombres como Bale o James Rodríguez, a pesar de lo mucho que le diron al club; pero no cabe la menor duda de que el trofeo del peor de los fiascos se lo lleva Julien Faubert
Aunque todo el mundo recuerda al Madrid dorado de la época reciente, al que ganó cuatro Champions League en cinco años, al que ficho de un solo golpe a Cristiano Ronaldo y Benzema, al que ganó la Liga del coronoavirus; la verdad es que hubo una época en la que los blancos sufrieron muchos descalabros y a pesar de ganar algunas Ligas, ese peso de quedar fuera de la Champions League en los octavos por ocho años seguidos es un peso que aún atormente a muchos. Precisamente en esa etapa es que se produjo el fichaje del francés que pasaría sin pena ni gloría en el terreno de juego, pero dejaría una huella imborrable en el club como una sus peores contrataciones en la historia.
Faubert quemó sus últimos cartuchos en Francia
La verdad es que Faubert se convirtió en todo un trotamundos desde que debutará por allá en el 2003 con el Cannes. El equipo que vio surgir a estrellas como Zidane o Vieira, también crió a este extremo que comenzó como lateral derecho, pero sus cualidades en ataque lo hicieron adelantar posición. Gracias a sus buenas actuaciones jugó en el Girondis y de allí pasó al West Ham, desde Inglaterra se fraguaría el fichaje por el que sería siempre recordado: hacia el Real Madrid.
Luego de ser pasar sin mucho éxito por el club merengue, Faubert regresó a Inglaterra y después de allí jugaría en el Elazigspor, de Turquía; nuevamente en el Girondis; en el St. Johnstone Football Club, de Escocia; en el Kilmarnock FC, de ese mismo país; luego en FC Inter Turku, de Finlandia; en el Borneo FC, de Indonesia; y finalmente, en el Fréjus St-Raphael, de la cuarta División de Francia.
En el equipo de su país ejerció como jugador y segundo entrenador, pero rápidamente por los malos resultados fue despedido del cargo de entrenador y como futbolista vio muy pocos minutos. Sin casi intervenir y con mucho recorrido ya en su espalda, Faubert decidió dar un paso al costado y retirarse con 37 años.
Un fichaje de locos para el Madrid
Si bien no es el final que se espera para un futbolista que pase por el primer equipo del Real Madrid, las cosas no terminaron tan bien como él se llegó a imaginar cuando empezó a despuntar en el Cannes. Su andar en el fútbol lo llevó a una Liga tan competitiva como la Premier League; pero a pesar a no cuajar tantas buenas actuaciones, el Real Madrid se fijo en el él como segunda opción tras perder el fichaje de Antonio Valencia. La búsqueda de un extremo por la derecha llevó al equipo blanco a apostar por este jugador francés que tardó un poco en creerse su fichaje.
«Estábamos en el autobús del equipo camino a Upton Park para jugar contra Fulham. Recibí una llamada de una persona del Real Madrid y me dijo: ‘Hola, trabajo para el Real Madrid y tenemos que hablar contigo. Le dije que tenía un partido importante que preparar y que no tenía tiempo para ese tipo de basura. Apagué mi teléfono, jugamos el partido y luego, volví a encender mi teléfono y vi alrededor de 30 mensajes de texto y 50 mensajes de voz. Fue entonces cuando supe que era serio», comentó en una entrevsta hace poco para ‘The Athletic’.
Todo se fraguó muy rápido a ser el último día de fichajes y con su cesión las bromas empezaron hasta de sus compañeros en el West Ham. Faubert solo disputó 60 minutos con los blancos y se le recuerda más por su incidente de quedarse «dormido» en un duelo ante el Villarreal mientras estaba en el banquillo. En el campo no hizo nada, pero siempre estará en la memoria como el peor fichaje en la historia de los merengues.