Uno de los problemas que como seres humanos sufrimos al envejecer tiene que ver con la degeneración de nuestras articulaciones y huesos por enfermedades dolorosas y limitantes como por ejemplo la artritis. Prevenirlas llevando una vida sana, huyendo en lo posible del estrés y tomando suplementos como la glucosamina puede ser una buena opción.
Qué es la glucosamina
La glucosamina se encuentra de manera natural en el cuerpo en forma de sulfato de glucosamina. La encontramos en el líquido que rodea las articulaciones. Pero también podemos encontrarla en lugares de la naturaleza, por ejemplo en las conchas de los mariscos y los cangrejos, que es de dónde se obtiene la que se utiliza en los suplementos nutricionales.
La glucosamina para suplemento, puede tener diferentes presentaciones que van desde el sulfato de glucosamina, al clorhidrato de glucosamina y la glucosamina acetilada. Pero lo cierto es que a la hora de tomarla como complementos pueden tener diferentes efectos y que la mayoría de los estudios se han realizado sobre el sulfato de glucosamina.
En los suplementos dietéticos al sulfato de glucosamina se le suelen añadir otros ingredientes extras para potenciarla, como el metilsulfonilmetano (MSM) o el cartílago de tiburón. Aunque no hay evidencias científicas claras de de los beneficios de estas combinaciones
Cómo substancia orgánica, la glucosamina está constituida por una síntesis de glucosa y de glutamina. Esta es un aminoácido, a su vez constituye los proteoglicanos en forma de glucosaminglicanos, Estos tienen la función de estimular la elaboración de condrocitos y llevar agua al cartílago articular. Dicho de un modo más sencillo, los proteoglicanos son el cemento que mantiene unido el colágeno y retiene el agua en el cartílago.
El sulfato de glucosamina es un antiinflamatorio de acción lenta
El sulfato de glucosamina se encuentra presente en los cartílagos, en los tendones y en los ligamentos. Es considerado como un antiinflamatorio, pero tiene una acción lenta frente a otros fármacos como la indometacina. Aunque también es cierto que como contrapartida su índice de toxicidad se sitúa entre 1000 y 4000 veces más bajo. Se realizaron estudios que demostraron que el ibuprofeno es más eficaz durante las dos primeras semanas, pero a partir de ahí se igualaba con la glucosamina en el alivio del dolor.
El sulfato de glucosamina nos ayuda a sintetizar los proteoglicanos y también el colágeno de tipo II. La presencia del sulfato de glucosamina en nuestro organismo nos ayuda con la flexibilidad articular y con la movilidad en general. Pero también a regenerar el cartílago sano, a recuperar un cartílago dañado, a proteger el tejido conjuntivo y a proteger el cartílago en los procesos inflamatorios.
La glucosamina, un apoyo con la artrosis
Dentro de las enfermedades primarias que afectan al sistema óseo se encuentra la artrosis. Esta es una degeneración inflamatoria del cartílago articular. Se sabe que los procesos inflamatorios que se asocian a la artrosis son una reacción del tejido circundante al material de desecho que se produce por el daño articular. La artrosis es una enfermedad que aumenta con la edad y con los trastornos que sufre el organismo con el tiempo. En este sentido es una enfermedad que debe de tratarse mediante la prevención.
El cartílago articular se compone de dos tercios de agua y un tercio de tejido cartilaginoso formado fundamentalmente por colágeno y protegido y recubierto por una sustancia que mezcla ácido hialurónico y proteoglicanos. Estos están formados por proteínas y mucopolisacaridos (glucosaminoglicanos)
Un suplemento importante para las mujeres en época menopáusica
Con el paso del tiempo, los porcentajes de glucosamina y la condroitina en el cartílago se van reduciendo,especialmente el condroitín sulfato. En el caso de las mujeres, la menopausia supone una serie de cambios del sistema hormonal que conllevan la pérdida de reservas de calcio con lo que lleva asociadas muchas patologías articulares.
En este sentido se puede hacer tratamientos de prevención, incorporando suplementos a la dieta de las mujeres en el periodo climatérico y postmenopausico. La dosis media adecuada de sulfato de glucosamina sería de entre 1 y 1,5 gramos. Debería tomarse en periodos cíclicos de tres meses para que alcancen su máxima efectividad.
La medicina convencional trata la osteoartritis con medicamentos no esteroideos y antiinflamatorios como el ibuprofeno. Estos funcionan bloqueando la producción de prostaglandinas que ayudan a reducir en parte la inflamación y el dolor. Pero que también tiene bastantes efectos secundarios y a largo plazo pueden llegar a obstaculizar la curación, al contrario que ocurre con los suplementos de sulfato de glucosamina.
Contraindicaciones y precauciones en el uso de la glucosamina
El sulfato de glucosamina es considerado como un suplemento bastante seguro en la mayoría de los adultos. Puede causar algunos efectos secundarios entre los que se incluyen las náuseas, la acidez estomacal, la diarrea o el estreñimiento. Algunos posibles efectos secundarios mucho menos comunes son las reacciones alérgicas en la piel, somnolencia o cefalea.
En cuanto a las interacciones con otros medicamentos se recomienda no tomar nunca el sulfato de glucosamina con warfarina. Ya que este es un medicamento que se utiliza para retardar la coagulación sanguínea. Parece que hay informes que demuestran que el consumo de sulfato de glucosamina aumenta el efecto de la warfarina retardando aún más los procesos de coagulación. Esto puede llegar a producir hematomas y pérdidas de sangre.
Los científicos se plantean también que no se debe consumir el sulfato de glucosamina si se están tomando medicamentos para el cáncer. Especialmente los inhibidores de la topoisomerasa II , que disminuye la velocidad con la que se reproducen las células cancerosas ya que el sulfato de glucosamina podría reducir su efecto.
Por otro lado, se recomienda tener cuidado y prestar mucha atención si se consume junto con otros medicamentos como el acetaminofeno o con los medicamentos para la diabetes por si pudiera darse un aumento de los niveles de azúcar en sangre.
En definitiva, la glucosamina puede ser un aliado muy eficaz a la hora de prevenir y de tratar los problemas articulares causados por la degeneración que lleva aparejada la edad.