Cómo hacer un huevo poché o escalfado para gozar sin engordar nada

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Durante muchos años el huevo  se consideró un alimento de mala reputación debido a que se asociaba con el aumento de los niveles de colesterol. Hoy en día, la cosa ha cambiado y en las guías alimentarias se reivindica como un alimento saludable incluso se recomienda el consumo de un huevo al día. 

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Cómo hacer un huevo escalfado

Como hemos dicho, necesitaremos una abundante cantidad de agua que esté muy caliente, pero sin que llegue a hervir. Si podemos controlarla con un termómetro, lo ideal es que alcance los 80 grados de temperatura.  Además, tenemos que añadirle al agua un 10% de vinagre, este sirve para ayudar a que la clara de huevo se coagule rápidamente y no se desparrame en la cacerola . La sal es mejor añadirla a gusto una vez que el huevo esté hecho.

Comenzamos poniendo el agua junto con el vinagre al fuego y, cuando alcanza el punto de ebullición, retiramos la cacerola. En ese momento rompemos el huevo dentro de una taza y con suavidad lo introducimos dentro del agua caliente, así está irá entrando poco a poco en la taza y evitaremos que el huevo se rompa.

Tenemos que tapar la cacerola y dejarlo dentro durante 3 minutos, tiempo suficiente para que la clara se cuaje pero a la vez para que la yema permanezca líquida. Para retirar el huevo escalfado nos ayudaremos de una espumadera y lo introduciremos un durante unos segundos en agua fría con hielo para detener la cocción. En el momento de servirlo podemos calentarlo añadiéndole alguna salsa caliente por encima.