La Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) ha clausurado su 65 edición soplando las velas en el marco de una crisis sanitaria que ha deslucido sus bodas de platino. Pero, a pesar de haber sido un año atípico, el certamen ha logrado mantener un formato eminentemente presencial con estrictas medidas sanitarias y adaptándose al toque de queda de 22.00 a 6.00 horas impuesto en Castilla y León el pasado 24 de octubre, coincidiendo con su jornada inaugural.
Ante estas especiales circunstancias, la alfombra verde previa a la gala de clausura ha tenido lugar en el interior del Teatro Calderón, en el Salón de los Espejos, y por la que han pasado, inaugurando el desfile de celebridades y autoridades, los presentadores de esta edición: Elena Sánchez, Alex O’Dogherty y Eva Marciel.
«Ha sido todo tan especial… Hemos visto 150 películas en ocho días y disfrutado de la magia del cine, que hace que te sientas libre desde la butaca», ha señalado Eva Marciel al inicio de la gala de clausura, acompañada de Elena Sánchez sobre las tablas del Calderón.
El propio director del festival, Javier Angulo, reconocía tras la lectura del palmarés que este sábado se pone fin a una «accidentada» edición. «Pensábamos que nos lo íbamos a perder, pero aquí estamos, a pesar de las dificultades, con toda la ilusión y el cariño para el público», ha señalado.
Un público que, por su parte, ha respondido a la llamada de las salas de cine en el marco de Seminci, que este año ha incrementado tanto sus lugares de proyección como el número de pases de cada película a fin de garantizar la mayor afluencia posible al tiempo que se cumplía con las restricciones.
Y es que el COVID ha estado presente tanto fuera como dentro de la pantalla, pues es la realidad que retrata ’57 días’, premio al mejor cortometraje de la sección Tiempo de Historia y recogido por Laura Brasero y Mario Lumbreras, acompañados por el productor, Hernán Zin. «Gracias por premiar un trabajo que refleja la lucha de muchas familias contra el Covid-19, no solo de la nuestra», han señalado los directores.
La pandemia, que ha limitado los aforos –reducidos al 30 por ciento de su capacidad– y ha obligado al festival a extremar las medidas de seguridad, no ha impedido que muchos de los premiados hayan podido acercarse a Valladolid a recoger su galardón.
Tal ha sido, por ejemplo, el caso de Carlos Mora, Héctor Domínguez y Gonzalo Recio, el trío de directores que firma ‘Tierra de leche y miel’, quienes han recogido el premio de DOC. España al tiempo que han incidido en que Seminci ha sido «un gran golpe de ‘cultura segura’ al coronavirus.
En la misma línea, Fernando Pomares, director de ‘El màrtir’, que se ha alzado con los galardones de Espiga de Oro al mejor cortometraje y el premio EFA al mejor corto europeo agradecido a Seminci el «luchar» por un festival presencial. «La cultura y las personas somos seguras», ha añadido.
También han estado presentes para recoger su Espiga de Plata y su Premio Miguel Delibes al mejor guion los hermanos palestinos Arab y Tarzan Nasser, que firman ‘Gaza Mon Amour’.
Al igual que ellos, el dibujante Aurel ha podido recoger en persona su Premio Ribera de Duero al mejor director por su primer largo de animación, ‘Josep’, ‘ex aequo’ con Ivan Ostrochovsky por ‘Servants’, en cuyo nombre lo ha recogido Daniel Bajo, de la distribuidora Karma Films.
Por su parte, Shai Avivi, premio a mejor actor por su interpretación de abnegado padre de un joven autista en ‘Here We Are’, de Nir Bergman, ha intervenido en la gala a través de un vídeo en el que ha confesado sentirse «feliz» porque «el idioma del corazón, traspasa fronteras y restricciones».
De igual modo ha agradecido Natasa Stork el galardón a mejor actriz por interpretar a la exitosa neurocirujana que protagoniza el filme ‘Preparations to Be Together for an Unknown Period of Time’, firmada por la joven directora húngara Lili Horvát, pero que se ha erigido como máxima ganadora de esta edición tras conquistar tres galardones incluyendo la Espiga de Oro.
En su intervención a través también de un vídeo, Horvát ha querido compartir la máxima distinción que otorga el festival con la protagonista del filme, la actriz Natasa Stork, dado que ambas han compartido «un viaje maravilloso».
«Está superando todas mis expectativas», ha reconocido la joven cineasta, en cuyo nombre ha recogido tanto la Espiga de Oro como el Premio Pilar Miró a Mejor Nuevo Director, de nuevo, Daniel Bajo, de Karma Films.
Valladolid se ha despedido así de su festival de cine, al cual la pandemia no ha conseguido jubilar en su 65 aniversario y cuyo símbolo, el de una marca de labios con carmín, tampoco han logrado eclipsar las mascarillas. El año que viene, el certamen regresará del 22 al 29 de octubre con Argentina como país invitado.