La pandemia del coronavirus nos ha venido a reafirmar la importancia que tiene el cuidado de la salud en sus más diversas expresiones. Y es que, a ciencia cierta, nadie estaba preparado para enfrentar una situación de alarma como la que nos ha tocado vivir a todos, sin distinción alguna. Ni siquiera las grandes potencias han podido hacerle frente al Covid-19, por lo que las acciones humanas y colectivas, deben ser precisamente las que se hagan notar para lograr una pronta vuelta a la normalidad. La mascarilla es y seguirá siendo hasta que no haya una vacuna, nuestra fiel acompañante.
Ante este panorama, la higiene del producto es lo esencial, así como también la protección, y que sea de las más efectivas. Lo cierto es que llevarla sucia trae serias consecuencias que deben ser evitadas en todo momento; los hábitos son los que marcan la diferencia, por lo que un descuido con la mascarilla en esta etapa donde han repuntado los rebrotes es algo que no se puede permitir. España ha visto emerger casos y más casos, en otras latitudes, como Estados Unidos, también han sido impactados. Es la confirmación de que el virus está latente. Es así, como sumar buenas prácticas con la mascarilla es imprescindible en medio de nuestra cotidianidad.
3Los problemas que se hacen evidentes
En un principio cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) se refirió a la enfermedad del Covid-19 como una pandemia, las alarmas se dispararon por todos los rincones del mundo. Con la mascarilla, la veíamos como algo negativo, nos costó adaptarnos. Pero era y sigue siendo la única certeza de por lo menos minimizar el contagio, ante tantas pérdidas y casos que al día de hoy se suman a esa lista fatídica que nadie quiere ver.
Respecto a la mascarilla sucia, le sumamos más problemas a los que tenemos que enfrentar. Tal es el caso del acné, dificultades para respirar, puedes empezar a tener picazón, y hasta alergias. Ten cuidado con la higiene de tu mascarilla, porque los infortunios están latentes más de lo que te imaginas.