La Consejería de Educación y Juventud de la Comunidad de Madrid está estudiando medidas para mantener una ventilación correcta en los centros educativos que permita reducir el riesgo de transmisión del coronavirus por aerosoles, entre ellas la instalación de sensores de CO2.
La instalación de medidores de CO2 en las aulas es una de las recomendaciones recogidas en el documento ‘Impacto de los sistemas de ventilación en la transmisión del SARS-CoV-2’, elaborado por la Viceconsejería de Salud Pública y Plan Covid-19 de la Consejería de Sanidad, y a partir del cual se elaborarán guías monográficas en función de los sectores de actividad.
«Desde la Consejería de Educación y Juventud estamos estudiando las medidas a adoptar para una correcta ventilación de los centros educativos, entre ellas la instalación de sensores de CO2», han trasladado desde el departamento que encabeza Enrique Ossorio a Europa Press.
El documento parte de que «los aerosoles son relevantes como vía de transmisión, sobre todo en ambientes cerrados, sin ventilación, con mucha gente y sin uso de mascarillas.
En su presentación durante la rueda de prensa semanal para informar sobre la situación epidemiológica, el viceconsejero de Salud Pública y Plan Covid-19 de la Comunidad de Madrid, Antonio Zapatero, ha recomendado la ventilación natural y controlar que sea adecuada mediante la medición de las particulas de CO2.
En cuanto a la instalación de filtros HEPA, una solución por la que están optando algunos centros educativos e incluso algún ayuntamiento de la Comunidad de Madrid para los colegios y escuelas infantiles del municipios ante la llegada del frío, ha destacado que en todos los protocolos se recomienda su uso solo en aquellos lugares donde no sea posible obtener una ventilación satistactoria, «como último recurso.
En este sentido, ha señalado que «es preferible pasar un poco de frío» o estar «abrigados» pero abrir las ventanas, y ha indicado que «hay evidencia científica de países del norte de Europa con climatologías más duras» en este sentido.
En concreto, el documento recomienda instalar sensores de CO2 «en los espacios que suelen ser utilizados durante una hora o más por grupos de personas, como las aulas, salas de reuniones, restaurantes», y señala que «un valor entre 500 y 700 ppm sería un valor aceptable», pero «si llegara a 800 ppm, habría que ventilar». «Si la concentración de CO2 en una habitación sobrepasa las 1000 ppm, indicaría una mala ventilación y habría que ventilar de inmediato y al máximo posible», indica el documento.
Según el informe, hay que abrir las ventanas al menos 15 minutos al entrar a una habitación sobre todo cuando la han utilizado otras personas, y también pone de manifiesto la importancia de la ventilación en aseos.
Entre las recomendaciones se incluye también la reducción de aforos y el uso correcto de la mascarilla.