Hallan en Abegondo restos arqueológicos de pobladores de la Edad de Hierro

El proyecto arqueológico impulsado por el Ayuntamiento de Abegondo (A Coruña) en el Castro de Cerneda ha descubierto restos que confirmarían, según los estudios preliminares, que hubo pobladores en la zona desde finales de la Edad de Hierro, hace más de 2.000 años, hasta el Imperio Romano, entre los siglos III y V después de Cristo.

«El castro tiene un nivel de conservación notable y un contexto arqueológico muy interesante», ha explicado el director, David Fernández Abella, a los medios en la presentación de los hallazgos, afirmando que lo encontrado hasta ahora «justifica continuar» los trabajos. «Sabemos mucho, pero nos quedaría mucho más», defendió.

El proyecto, desarrollado desde hace un mes, solo ha excavado un 0,6% del total de superficie en tres sondeos arqueológicos en los que han aparecido hasta 40 bolsas de vestigios. «Son restos de mucho interés y tenemos un edificio que tiene interés especial para saber qué es y, por lo que parece, vamos a poder recuperar el espacio entero» añadió.

El inmueble, expuso el responsable del proyecto, sería de «tamaño excepcional» y dataría de la época galaicorromana. Habría estado cubierto «con una gran estructura de madera y con teja encima», de las que quedan restos y se desconoce si la forma completa de la estructura sería «totalmente circular u ovalada» o si sería propiedad de un alguien con poder económico o sería de tipo comunal.

COMPARACIÓN CON EL CASTRO DE ELVIÑA

«A nivel de tamaño parece excepcional», expuso el arqueólogo, que reconoce que hay pocos castros excavados en la comarca. Con respecto al de Elviña, en A Coruña, apunta que los muros miden 30 centímetros más, hasta medir un metro de ancho, lo que, dice, «sobrepasa lo habitual».

En su interior encontraron un trozo de vidrio de un vaso, una varilla de bronce de la que los expertos desconocen su finalidad y restos de cerámica proveniente del norte de África. Estos restos, junto con los demás, serán objeto de «estudio» los próximos meses y se definirá con exactitud la cronología a través del análisis de radiocarbono.

En los próximos días habrá una jornada de puertas abiertas en el castro y se realizará un modelo tridimensional con drones y un documento topográfico para después tapar «de manera preventiva» los restos y «pensar qué hacer». Además, se colocará cartelería explicativa en la zona y se lanzará una web del castro.

EDAD DE HIERRO

En otra de las zonas excavadas, los arqueólogos encontraron una entrada al castro, de «paso», y una parte de lo que sería un espacio habitacional hecho con «material perecedero», como madera o paja, que no se conserva. Sí que encontraron un trozo de un ánfora que contenía vino y que procedía del valle del Guadalquivir, en Sevilla.

Con estos indicios consideran que la época más antigua en la que el castro fue habitado fue en la Edad de Hierro, hace más de 2.000 años, entre los siglos I y II antes de Cristo. Otra de los lugares excavados, de hasta un metro de profundidad, demostró que durante los últimos siglos fue un lugar «en el que se trabajó agrícolamente».

El propio castro, señaló el arqueólogo, tiene unas dimensiones «excepcionales» que triplicarían a otros de la comarca. Los ártabros, el pueblo que habitaba la comarca das Mariñas, vivían en una extensión de 8.000 metros cuadrados, y tenían alrededor otras tres hectáreas de elementos defensivos, compuestos por dos murallas y un foso.

Era, indicó el experto, una «aldea fortificada» en la que los habitantes eran agricultores y ganaderos que cultivaban y llevaban a los animales fuera del propio castro. El lugar, entre dos valles y un lugar de paso, era óptimo, dijo, para «controlar el territorio y vigilar otros castros».