Chapas, pegatinas y otras colecciones que no terminaste en tu infancia

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Desde niños siempre hemos estado coleccionando. Desde chapas, pegatinas con sus álbumes, colecciones de cromos… Pero pocas hemos terminado. Ya sea porque la cantidad de elementos era infinita o porque había algunos ejemplares imposibles de conseguir, al final nuestras colecciones se quedaban a medias. Siempre nos quedaba acudir a mercadillos como El Rastro en Madrid y en otras grandes ciudades en donde podías encontrar los cromos más complicados.

Eso sí, si querías terminar las complicadas colecciones, te tocaba rascarte el bolsillo. Si querías el cromo del último fichaje de La Liga, o tenías la mayor suerte del mundo o te tocaba ir al rastrillo a comprar o intercambiar el cromo. Si querías el tazo que te faltaba, igual. Lo de las chapas era más complicado, ya que no en todos los bares vendían la bebida que a ti te gustaba. Y, además, si el camarero no tenía mano, te doblaba la chapita y te hacía la puñeta porque tú las querías impolutas.

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Colección de bichos

Una de las colecciones semanales que se anunciaban en televisión y que a día de hoy puede seguir haciéndose es la de bichos. La colección consistía en que cada semana te comprabas un insecto disecado.

Este insecto estaba dentro de un plástico transparente y podías escudriñarlo de cerca sin peligro. Además, se añadía un librito que incorporaba información acerca de este invertebrado. Siempre daban al escorpión en la primera entrega y a un precio reducido.

También había varios tipos de arañas, escarabajos joya, mariposas, hormigas… Para los niños curiosos y con espíritu de biólogo, esta colección era indispensable. Lo que sucede es que era bastante cara. Y terminarla, al final, tenía un precio de más de 200 euros.

De todas formas, te añadían ellos unas bandejas para tener allí a los bichos. Bien ordenaditos. Luego los libretos tenías que encuadernarlos con sus tapas duras para poder hacer un libro en donde se viera toda la información. Así que al final del todo, dejabas a medias la colección de bichos que se extendía casi 1 año.

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