Desde niños siempre hemos estado coleccionando. Desde chapas, pegatinas con sus álbumes, colecciones de cromos… Pero pocas hemos terminado. Ya sea porque la cantidad de elementos era infinita o porque había algunos ejemplares imposibles de conseguir, al final nuestras colecciones se quedaban a medias. Siempre nos quedaba acudir a mercadillos como El Rastro en Madrid y en otras grandes ciudades en donde podías encontrar los cromos más complicados.
Eso sí, si querías terminar las complicadas colecciones, te tocaba rascarte el bolsillo. Si querías el cromo del último fichaje de La Liga, o tenías la mayor suerte del mundo o te tocaba ir al rastrillo a comprar o intercambiar el cromo. Si querías el tazo que te faltaba, igual. Lo de las chapas era más complicado, ya que no en todos los bares vendían la bebida que a ti te gustaba. Y, además, si el camarero no tenía mano, te doblaba la chapita y te hacía la puñeta porque tú las querías impolutas.
4Cromos de Dragon Ball
En los años 90 llegó el boom de Dragon Ball a España. A mediados de estos años, una empresa sacó una colección de cartas con los personajes de la serie de Goku. Los comprabas en sobres y los ibas coleccionando.
Esta colección no tenía álbum. Las cartas estaban numeradas y las ibas colocando por orden, desde el 1 hacia arriba. Además de Dragon Ball, también abarcaba Dragon Ball Z. Y venían los principales personajes de DB y de DBZ.
También venían muchos secundarios que aparecían de pasada en la serie. Cada carta además tenía una pequeña descripción de quién era quién. Una colección que nunca completamos pero que nos ayudó a conocer a todos los personajes de Toriyama.