Estamos en vísperas del día de Todos los Santos. Este es el día en España en el que se visitan los cementerios. Las visitas a los camposantos también son una de las aficiones de algunos turistas. Estos tanatoruristas o turistas del dolor tienen la afición de ir a visitar los lugares de reposo más peculiares del mundo. Visitar un cementerio es como retroceder al pasado. Vemos cientos de lápidas, pero a veces tenemos que fijarnos un poco más para encontrar lo diferente.
En este artículo vamos a hacer un repaso de algunas de las lápidas más peculiares que hay a lo largo del mundo y de nuestro país. Vamos a tomarnos la muerte a cachondeo y vamos a hacer un poco de humor negro para recordar a todas estas personas que, hasta después de muertos, nos dejaron un epitafio o una lápida para recordar. Ya lo decía el pintor Miguel Collantes, “yo ya perdí peso, pregúnteme cómo” o Groucho Marx con su “perdone que no me levante”. Quien tiene humor, vive más, pero al final la muerte nos alcanza a todos.
5Lápidas con peineta
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En este caso no podemos leer el nombre del fenecido. Sin embargo, vemos un gesto nada típico en cualquier cementerio cristiano. En esta tumba, esta persona les dedicaba una peineta a todos sus familiares.
Si quieres hacer tanatoturismo, esta tumba seguro que te pilla cerca. Está situada en el camposanto de Ávila. El epitafio tiene varias frases para la posteridad: “A hombros o en un carrito / lleno de flores llegamos.”
Y sigue: “Con cínicas alabanzas nos despiden / pero ya no nos importa / porque no escuchamos. / Más os decimos con esperanza / que al final de este viaje / os esperamos”. El misterio de la peineta aún está por resolver.