José María Bartomeu no aguantó más y decidió marcharse. Con la moción de censura tras sus espaldas, el, hasta ayer, presidente del Barcelona decidió tirar la toalla y no seguir con un proyecto deportivo que se caía por su propio peso y que en los últimos tres años se han sumado fracasos tras fracasos. Sin olvidar los escándalos extra deportivo que terminaron empañando la imagen de un club que logró posicionarse como uno de los mejores del mundo en la última década. Ahora la crisis se profundiza hasta la llegada de una nueva directiva que será elegida en marzo del año que viene.
Ahora el futuro del club dependerá de otras caras. La salida de Bartomeu es el comienzo de un proyecto que intentará salvar el prestigio de una institución que se vio afectada enormemente por las equivocaciones continuas en materia de fichajes y además la forma de manejar diversos asuntos que terminaron afectando la relación de los jugadores con su junta directiva. Es el final de un ciclo que estuvo envuelto en demasiados escándalos, que al final terminaron hundiendo un proyecto deportivo que no tenía pies ni cabeza.
Su gestión terminó de la peor manera. Bartomeu se va por la puerta de atrás con el estigma de ser la peor gestión que haya pasado en las oficinas de uno de los clubes más prestigiosos tanto del fútbol español como el europeo. La salida del presidente puede significar el comienzo de mejores tiempos o el inicio de una etapa gris en lo deportivo. Los aficionados culés tendrán que esperar.
1Bartomeu y el año sin títulos
Bartomeu tuvo que soportar un año sin campeonatos y sortear la peor humillación de la historia del club con la goleada del Bayern de Múnich 2-8 ante el Barcelona en los cuartos de final de la Liga de Campeones. Esta derrota significó el punto inicial del quebramiento de una gestión que venía haciendo las cosas mal tanto en lo deportivo como en lo político. Para la afición terminar así fue lo peor que ha ocurrido en los últimos 10 años.