Vale que no es la receta más sana que puedas hacerte para comer. Pero, ya lo sabemos, la virtud está en el punto medio. Sin abusar, y muy de cuando en cuando, unas buenas alitas de pollo son una comida deliciosa ideal para compartir con la familia y los amigos. Eso sí, este no es un plato que se pueda improvisar de la noche a la mañana o sobre la marcha.
Las alitas de pollo requieren una previsión de al menos 24 horas para que todo el proceso se pueda seguir correctamente. No es que sea una receta difícil ni mucho menos. Cualquiera con un manejo básico de la cocina será capaz de preparar unas alitas de pollo. Vamos a ver cómo se hacen.
4Y a freír
Llega la parte más engorrosa del proceso. Toma una sartén, ponle aceite y caliéntala en el fuego. Saca la mezcla de la nevera y, antes de echar el pollo ya marinado a la sartén, escúrrelo en un colador. También debes tomar la decisión de si vas a freír el pollo tal cual o vas a enharinarlo antes.
Con esta segunda opción, el pollo quedará con una cobertura crujiente que le hace ganar mucho. Otra opción es el rebozado con harina y huevo batido. Este punto queda a gusto del consumidor.
Ahora ya solo queda el paso final. Echar las alitas en el aceite caliente y las freímos hasta que queden dorados. Cuidado con no tenerlas al fuego más de la cuenta y se queden secas por dentro. Según las sacamos, es recomendable ponerlas en un plato sobre papel de cocina. De este modo irán soltando el exceso de aceite que tengan. ¡Y a disfrutar!