El director general de Centros Públicos de la Conselleria de Educación de la Generalitat, Josep Gonzàlez-Cambray, ha asegurado que no está sobre la mesa en este momento el cierre de las escuelas catalanas, pero ha afirmado que la clausura de los institutos «es una opción que está sobre la mesa».
En una entrevista este lunes en Catalunya Ràdio, Gonzàlez-Cambray ha avisado de que «la escuela no está aislada de la sociedad», por lo que las medidas para frenar la incidencia del coronavirus pueden afectar a la comunidad educativa.
«El cierre de la escuela no está sobre la mesa», ha descartado el secretario general de Salud de la Generalitat, Marc Ramentol, en la misma entrevista, y ha afirmado que la presencialidad en las escuelas se debe poder mantener hasta las últimas consecuencias, en sus palabras.
Gonzàlez-Cambray ha defendido que los centros educativos «no actúan como transmisores» de la Covid-19, y que no se ha cerrado en Catalunya ninguna escuela entera por los contagios, y ha destacado que el 95% de los alumnos y los profesionales asisten a las aulas.
Ha recomendado que las personas con vulnerabilidad no sean «la opción por defecto» para ir a recoger a los alumnos a las escuelas, pero entiende que hay elementos de conciliación que lo hacen inevitable, por lo que ha pedido que se haga con medidas de seguridad.
«Ahora tendremos más casos, y no querrá decir que lo estamos haciendo mal, sino que la Covid-19 entra en las escuelas por su presencia en la comunidad», ha asegurado Gonzàlez-Cambray, y Ramentol ha explicado que los segmentos de más edad del sistema educativo son los que más se están comportando de manera paralela al contagio de la sociedad.
«El comportamiento en institutos no es el mismo que en la escuela. No descartamos ningún escenario y más teniendo en cuenta cómo avanza la pandemia», ha insistido Ramentol, que ha apostado por la presencialidad, que dice que se alargará lo máximo posible.
Ramentol también ha asegurado que debería de ser obligatorio el teletrabajo para reducir la movilidad, y ha criticado que el estado de alarma no permita que la Generalitat aplique esta medida, aunque confía en que los sectores sociales y económicos lo implementen.