Los actores Assumpta Serna y Scott Cleverdon aconsejan a los sacerdotes de hoy abandonar la «comunicación paternalista y autoritaria» en el libro ‘Entre la espada y la Pared’ (San Pablo) que han escrito junto al sacerdote Juan Carlos Sánchez para ofrecer una especie de guía práctica sobre la comunicación.
«La Iglesia tiene que dejar de lado esa comunicación paternalista y autoritaria de señalar con el dedo y empezar a salir a la calle, a Internet, a las redes, pues pesa todavía demasiado en la imaginación de la gente como algo autoritario, reducido. Hay que cambiar la manera en que se comunica esa fe», ha señalado Assumpta Serna en una entrevista con Europa Press, con motivo de la presentación del libro este lunes 26 de octubre en la Librería San Pablo de la Plaza de Jacinto Benavente, en Madrid.
Por su parte, Scott Cleverdon destaca uno de los consejos, a su juicio, más importantes: que los sacerdotes «no pierdan su pasión por su vocación, que recuerden la razón por la que eligieron esta vida y cuenten la verdad, sin miedo de mirar a los ojos a la gente a la que hablan».
Para Assumpta Serna, el Papa Francisco es «un buen ejemplo de comunicación. También pone otros modelos a seguir en este terreno como la monja tuitera Xiskya Valladares y destaca el «giro maravilloso» que se ha producido durante la pandemia cuando los curas y religiosas han dado el salto a las redes sociales debido al confinamiento.
Para escribir este libro, Assumpta Serna y Scott Cleverdon se han dejado guiar por Juan Carlos Sánchez en todas las lecturas, incluida la de la Biblia y también se han basado en las conclusiones extraídas de los cursos de comunicación que han impartido a sacerdotes y por los que han pasado unos 250 alumnos.
PARROQUIAS A REBOSAR FRENTE A OTRAS VACÍAS
Asimismo, durante varios domingos fueron a diferentes parroquias, «una tras otra, para entender cómo cada cura interpretaba la misma Palabra de Dios». «Fue muy interesante esa comparativa, descubrir cómo una parroquia estaba llena a rebosar y en otra había cuatro ancianos y el por qué», ha precisado la actriz.
En este sentido, una de sus conclusiones es que hay mucha labor por hacer. «El cura también tiene que ser un héroe porque tiene que hacer muchas cosas y tiene que saber comunicar, pues parte de su misión es decir el Evangelio con renovada ilusión», ha añadido Serna, fundadora en 1999 de la escuela de actores que lleva su nombre.
Ante la situación del cine y el teatro en el contexto de pandemia, Serna considera que actualmente «hay que ser un héroe para llevar adelante un proyecto» pues, por ejemplo, el cine tiene «unos protocolos muy fuertes que hacen muy difícil la producción».
Si bien, también invita a ver lo positivo que ha traído el confinamiento como los ensayos por zoom. Cuando hay ganas de hacer cosas –y la cultura tiene que llegar de la pasión–, las cosas se hacen y la gente se adapta a la nueva situación», ha asegurado Serna.
En todo caso, ha reconocido que para los actores está resultando «muy extraño» ver al público con mascarilla porque «en el teatro el actor respira con el público, le ve la sonrisa, entiende su emoción», algo que se vuelve «dificilísimo con media cara tapada».
UNA ASIGNATURA DE ESPIRITUALIDAD EN LA ESCUELA
Sobre los temas más de actualidad en el ámbito religioso, Assumpta Serna cree que no debería «dejarse de lado» la clase de Religión en los colegios o, «si no de Religión, sí de espiritualidad» pues, a su juicio, «hace falta en esta sociedad de hoy en la que se busca el placer inmediato pero se pierde el cuidado del espíritu». «Perder eso me parece un grave error», ha enfatizado.
Los actores también han expresado su sorpresa por los «prejuicios» que han encontrado desde el sector del cine hacia la religión. «En este viaje hemos encontrado mucho más prejuicio fuera que dentro», ha afirmado Cleverdon, quien lo achaca a la «rebeldía» desde la clase intelectual del mundo del cine «en contra de una dictadura y asociada con la tradición».
Así lo observaron cuando se estrenó la película Red de Libertad, en la que Serna interpretaba a una monja. Teníamos ganas de que la gente de la profesión la viera y nos costó muchísimo por ese prejuicio, eso me hizo daño, pensé que nuestro colectivo estaba abierto a todo y no», ha recordado la actriz.