A veces, los planes y proyectos frustrados nos parecen mucho más atractivos que aquellos que sí que pudieron culminarse. ¿Qué hubiese sido si…?, ¿qué habría pasado si…?, ¿cómo hubiese acabado tal cosa…? Cosas de nuestra psicología averiada. En el caso del arte es muy común este fenómeno: libros que quedaron a medios, películas que no pudieron terminarse, los bocetos de una cuadro o los acordes de una canción. ¿Cómo hubiesen sido si el escritor, el cineasta o el músico hubiera podido terminar esas obras?
Nunca lo sabremos, y eso es lo que nos llama la atención y nos atrae. Lo imposible. Pero volvamos a lo nuestro: las películas de animación. Hacer una producción de este tipo es un proceso largo y muy laborioso, así como muy muy caro. La productora que está detrás de una de estas películas tiene que tener mucho dinero y mucha fe en que va a tener éxito. Estas películas de animación empezaron a hacerse, e incluso estaban bien avanzadas, cuando se decidió cancelar su producción.
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Esta es una película del mítico estudio Pixar que tuvo que abandonarse a medias. Newt, que significa renacuajo o cría de rana en castellano, contaba la historia de los últimos ejemplares de la rana azul. Estos dos animales debían sobreponerse a su difícil situación y luchar por la perpetuación de su especie.
La cosa iba bien encaminada, pero en Pixar se enteraron de que un estudio de la competencia estaba trabajando en una película muy parecida. Demasiado parecida, de hecho. Y, en vez de luchar por su historia, decidieron tirar la toalla y dedicarse a otra cosa.