A veces, los planes y proyectos frustrados nos parecen mucho más atractivos que aquellos que sí que pudieron culminarse. ¿Qué hubiese sido si…?, ¿qué habría pasado si…?, ¿cómo hubiese acabado tal cosa…? Cosas de nuestra psicología averiada. En el caso del arte es muy común este fenómeno: libros que quedaron a medios, películas que no pudieron terminarse, los bocetos de una cuadro o los acordes de una canción. ¿Cómo hubiesen sido si el escritor, el cineasta o el músico hubiera podido terminar esas obras?
Nunca lo sabremos, y eso es lo que nos llama la atención y nos atrae. Lo imposible. Pero volvamos a lo nuestro: las películas de animación. Hacer una producción de este tipo es un proceso largo y muy laborioso, así como muy muy caro. La productora que está detrás de una de estas películas tiene que tener mucho dinero y mucha fe en que va a tener éxito. Estas películas de animación empezaron a hacerse, e incluso estaban bien avanzadas, cuando se decidió cancelar su producción.
1Gatchaman
“Comando G” fue una serie de gran éxito y acogida en España a comienzos de la década de los 80. Conoció sus días de oro en nuestro país poco después de que terminase Mazinger Z, otro de los grandes clásicos de aquella época. A la vista de su acogida, la empresa china Imagi quiso convertirla en película de animación a comienzos del siglo XXI, en el año 2006.
Pero la idea que tenía esta compañía china era muy peculiar. Su intención era hacer una película muy violenta, solo para adultos, pero de animación. A quienes tenían que pagar no les hizo mucha gracia la idea, y optaron por retirar la financiación. Consiguieron sacar un tráiler que da una idea de cómo sería la película. No obstante, a los cuatro años de empezar les ahogaron las deudas y tuvieron que chapar el chiringuito.