Esta madrugada que va del sábado al domingo tendrá lugar el cambio de hora. Entramos de lleno en el horario de invierno. Esto constituye toda una frontera psicológica, porque los días cambian radicalmente. Amanece antes, sí, pero también se hace de noche muy temprano y disminuyen las horas de luz. No nos queda otro remedio que adaptarnos, más que bien, a este nuevo ritmo que cogen los días con el cambio de hora.
Dos veces al año tenemos que tragar con esta broma de mal gusto que trastoca del todo nuestro tiempo, nuestro sueño y que nos descoloca psicológicamente. Generalmente, los efectos que nos deja este cambio de hora no suelen ir más allá del mismo día en que este tiene lugar. Poco a poco, y mal que bien, nos adaptamos al nuevo horario como nos adaptamos a esa “nueva normalidad”. De todos modos, aquí van unos consejos por si resulta que eres de esos que sufren de verdad el cambio de hora.
4Vitamina C
Un pequeño cambio en la dieta también puede ser una forma de entrar con relativa normalidad en el nuevo horario de invierno. A este efecto, nada como subir un poco la dosis habitual de vitamina C que, en general, es una de las que más nos ayudará a pasar el invierno debido a sus propiedades.
La vitamina C es decisiva para mantener en buena forma el sistema inmunitario. De cara al invierno, la vitamina C ayuda a evitar que nos contagiemos de la gripe o pillemos un resfriado. Los alimentos cítricos tienen un alto contenido en vitamina C, así como los pimientos, los kiwis, los arándanos y, en general, las verduras verdes.