¿Quién puede resistirse a unas croquetas caseras? ¿Eres de croquetas de jamón, de pollo, de bacalao no de cocido? Hay infinidad de rellenos que le puedes poner a tus croquetas.
Te atraemos la receta para que tus croquetas de pollo o jamón estén sabrosas y te hablamos de la historia de este gran descubrimiento culinario, que, contra todo pronóstico, no surgió en España
4¡A la faena!
Pon a calentar en una olla, a fuego lento, un litro de leche y añade jamón o pollo (o las dos cosas si las quieras hacer mixtas). En esta ocasión no pongas las virutas de jamón o los taquitos sino que pon un trozo de jamón o de pollo. Esto le va a dar un gusto especial. Vigila la leche para que no hierva.
Ahora tienes que picar la cebolla de manera que quede muy finita. Hay muchas personas a las que no les gusta notar la cebolla en la croqueta. ¡Vamos a hacerlo por ellas! Coge una sartén y añade aceite de oliva (una cucharada sopera), cebolla, un poco de mantequilla y los taquitos de jamón. A fuego lento dora la cebolla hasta que quede casi caramelizada. Ve buscando un recipiente para poner la harina tamizada (100 gramos), ya que este tipo de harina queda muy esponjosa.
Pon unos 90 gramos de mantequilla y remueve hasta que se disuelva. Ahora pon la harina que teníamos reservada y la leche (asegurarnos que siga caliente), poco a poco, sin dejar de remover para evitar que salgan los temidos grumos. Ya solo tienes que poner el jamón o el pollo troceado y remover. Este paso dura aproximadamente 20 minutos.