Después de acabar sus carreras dentro del mundo del tenis, muchos jugadores se buscan la vida dentro del mismo deporte que tantas alegrías les dio. Algunos se convierten en entrenadores, otros en analistas para canales deportivos y algunos prefieren ser dirigentes; sin embargo, muchos otros comienzan a dar saltos y al final eso termina pasando factura. Un buen ejemplo de eso es un Boris Becker que está metido en serios problemas económicos.
El que fuera campeón de múltiples Grand Slam entre los años 80 y 90 tiene varios problemas monetarios desde el 2017, que justo ahora comienzan pesarle más que nunca hasta el punto de que ya la justicia se ha involucrado debido a que el ex tenista alemán, al parecer, se ha negado a entregar hasta algunos trofeos que había vendido.
Los problemas financieros no lo abandonan
Becker se declaró en bancarrota en el 2017, pero es ahora el Servicio de Insolvencia británico el que lo ha acusado de ocultar 1,3 millones de euros en efectivo, algunas propiedades y varios objetos de valor que se habría negado a entregar. Aunque en su época como tenista logró acumular más de 25 millones de dólares en premios, la deuda que tiene aumentó hasta tal punto que tuvo que empezar a vender varios artículos de valor para tratar de pagarla.
Ante ese panorama, el tenista alemán logró recaudar apenas unos 765.000 eruos, pero esa cantidad al ser insuficiente para cubrir su gran deuda, pues no logró evitar que se le abriera un proceso judicial. Además, una de las acusaciones más fuertes es que se ha negado a entregar varios de sus trofeos luego de se que ya los habría vendido. Entre los premios que Becker se rehusó a dar están el de Wimbledon que ganó en 1985, que fue récord al ganarlo con solo 17 años edad; junto a los que ganó en el Abierto de Australia en 1991 y 1996.
Una inocencia que tendrá que demostrar
Las acusaciones son fuertes y la ley británica pide que Becker pague una condena de siete años de prisión. En total son 28 cargos de los que se le acusa, en los que los más graves son ocultar ese dinero en efectivo, una propiedad muy lujosa en el barrio de Chelsea, otras dos del mismo calibre en su Alemania natal y, por supuesto, los trofeos vendidos.
Si bien en 2018, el que fuera entrenador de Novak Djokovic, intentó salirse de todo el problema alegando que tenía un pasaporte diplomático de la República Centroafricana, lo que le daba inmunidad, esa opción quedó descartada al comprobarse que sus documentos eran falsos. En la actualidad Becker asistió unos minutos al Southwark Crown Court de Londres para declararse inocente.
«Boris está decidido a enfrentar y refutar estos cargos y restaurar su reputación en relación con las acusaciones hechas en su contra», explicó su abogado Jonathan Caplan, en decalraciones recogidas por ‘Sky Sport’. La defensa de Becker tendrá que trabajar duró para un juicio fijado en septiembre de 2021 si es que de verdad quiere evitar que pase un tiempo en la cárcel.