Todos nosotros alguna vez nos hemos enamorado en la vida y esto nos ha cambiado en algunos aspectos como la pérdida del apetito y otras cosas que más adelante explicaremos.
El sentimiento del amor es algo complejo, ese sentimiento que nace desde nuestro corazón y que nos hace pasar una felicidad plena cuando se goza del mismo así como también nos hace pasar malos ratos.
Cuando se sufre una ruptura de la relación que tengamos con alguna pareja, esta nos afecta hasta tal punto que no queremos comer y hasta dormimos mal. La persona puede entrar hasta en depresión. Por ello algunos cuando sufren mucho les cuesta volverse a enamorar para no pasar por ese proceso doloroso y que trae sus consecuencias, pero que si se disfruta del mismo te hará sentir una gran felicidad. Un riesgo que vale la pena aceptar.
1¿Qué dice la ciencia del amor y sus rarezas como la falta de apetito?
Diferentes científicos creen que el amor, su sentimiento, se puede fragmentar o dividir en tres: atracción, deseo y apego, donde cada uno se le caracteriza por sus propias hormonas. La atracción que sentimos hacia una persona depende de la noradrenalina, serotonina y del trío dopamina. Al referirnos a la noradrenalina y a la dopamina estamos hablando del circuito cerebral de la recompensa. Estas dos nos hacen sentir eufóricos, con energía, sin apetito o sin ganas de dormir. Por ello es que cuando vemos a alguien que no está comiendo como normalmente lo hace, entonces decimos que está enamorado porque perdió el apetito.
Ahora bien, dicha falta de apetito se acentúa con el aumento de los niveles de la serotonina, la cual también se le conoce como la hormona de la felicidad. Sin embargo, la serotonina se produce en su gran mayoría en el tracto gastrointestinal y es por ello que cuando estamos enamorados se acostumbra a decir que «tenemos mariposas en el estómago».
Por otro lado, dichas hormonas no solo se encargan de la parte positiva o buena del amor sino que estas también son las encargadas de los sentimientos de los celos. Un exceso de la oxitocina y dopamina que llegan a mantenerse por un tiempo pueden estar detrás de los celos así como también algunos comportamientos anormales como lo son el abuso de consumo de drogas o alcohol. Por lo anterior dicho, no es raro entonces que lleguemos a sentir una especie de atracción por alguna persona cuando estamos de fiesta porque se activan las mismas regiones en nuestro cerebro.