El Papa ha alertado del «ateísmo práctico» de quien dice creer en Dios, pero después pone «distancias» con los demás al tiempo que ha incidido en que no es posible «amar a Dios» y «aborrecer» al prójimo.
«Si alguno dice «Amo a Dios», y aborrece a su hermano, es un mentiroso», ha señalado el Santo Padre durante la audiencia general de este miércoles que ha dedicado a la oración. Y con esta idea ha sentenciado: «Si tú rezas y luego hablas mal de los demás o tienes rencor dentro, esto es artificio puro, no es verdad».
El pontífice ha insistido en que las Sagradas Escrituras son claras a este respecto al manifestar que la oración «responsabiliza» ante los demás. «La oración no es un calmante para aliviar las ansiedades de la vida; o, de todos modos, una oración de este tipo no es seguramente cristiana», ha manifestado.
Así, ha invitado a acoger el verdadero espíritu de la oración «con sinceridad» de manera que «descienda al corazón» para hacer contemplar la realidad «con los ojos mismos de Dios». «El peor servicio que se puede prestar, a Dios y también al hombre, es rezar con cansancio, como si fuera un hábito. No. La oración es el centro de la vida. Si hay oración, también el hermano, la hermana, se vuelve importante», ha explicado el Papa.
El pontífice ha pronunciado la catequesis sin mascarilla, pero respetando en todo momento las distancias de seguridad. De hecho, además de evitar saludos o bendiciones a los fieles, ha permanecido en todo momento sentado en el atrio del aula Pablo VI del Vaticano. Este martes el Papa se mostró en un acto público por primera vez con mascarilla al participar en un encuentro de oración internacional con otros líderes religiosos en el centro de Roma.