El Real Madrid pasa por un momento difícil en la actualidad, justo después de una derrota ante el Cádiz. que puso en entredicho la capacidad del equipo de esta temporada. No solo la imagen como conjunto y del técnico quedaron mal paradas, también la calidad de algunos jugadores fue muy cuestionada debido al bajo nivel que demostraron. Entre los futbolistas merengues que peor se vieron estuvieron Isco, al que la intensidad parece haberlo abandonado; Benzema, que pasa por una sequía de cara a puerta que comienza a preocupar; pero de todos el que salió más perjudicado fue Marcelo.
Zinedine Zidane se muestra como una entrenador cuadrado y poco amigo de cambiar de opinión (Bale y James pueden dar prueba de eso), pero el hecho es que el brasileño es uno de sus hombres de confianza, con los que ha contado desde su llegada al primer equipo. Esta campaña decidió deshacerse de dos hombres como Achraf y, sobre todo, Reguilón para que el carioca continuará siendo una de sus opciones fijas para el lateral izquierdo; el problemas es que desde hace mucho viene demostrando que no está al nivel adecuado para seguir en el Real Madrid y contra el Cádiz lo confirmó, solo que el francés al fin pareció darse cuenta de ello. Ya no hay lugar donde esconder la situación, por lo que todo indica que, a pesar del apoyo del galo, el lateral terminará saliendo del equipo y por muchas razones.
3Irrelevancia en ataque
Lo más apreciable de Marcelo era su habilidad innata para atacar; de hecho, era precisamente esa cualidad la que lo hacía destacar como uno de los mejores laterales izquierdos del mundo. No obstante, como se vio frente al Cádiz, ahora no solo deja agujeros en su banda al defender, tampoco aporta esa frescura y esas genialidades en ataque que siempre lo hicieron especial. Su bajo ritmo de juego y una indecisión extraña en él ahora lo tienen en un limbo en el que ni defiende como es debido ni es punzante en la zona de ataque donde antes era una opción. En el pasado la banda izquierda del Madrid era sinónimo de peligro, porque Marcelo en cualquier momento podía hacer daño, ahora es la puerta para atacar del rival.